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Voto de Elcinederamon:
7
Drama Polonia, 1960. Anna (Agata Trzebuchowska), una novicia huérfana que está a punto de hacerse monja, descubre que tiene un pariente vivo: una hermana de su madre que no quiso hacerse cargo de ella de niña. La madre superiora obliga a Anna a visitarla antes de tomar los hábitos. La tía, una juez desencantada y alcohólica, cuenta a su sobrina que su verdadero nombre es Ida Lebenstein, que es judía y que el trágico destino de su familia se ... [+]
1 de abril de 2015
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ida de Pawel Pawlikowski es un drama que toma como base la religión en los años 60 sobre una joven novicia cuya madre superiora obliga a conocer a su única pariente viva antes de dar el paso para hacerse monja. Dirigida con un ritmo pausado y con un estilo personal que recuerda a algunos directores clásicos europeos y se centra en hacer cine del bueno, es una obra visualmente seductora que tiene una trama bien hilada que se toma su tiempo para exponer la historia, logrando captar la total atención e interés de los cinéfilos más exigentes al concluir uno de esos films que perduran por su calidad cinematográfico el paso de los años, siendo por tanto considerado un clásico adelantado que parece realmente salido de los años 60.
La fotografía en blanco y negro es sobria en sus imágenes magnéticas, hipnotizando al público con evocadoras escenas que te transportan al lugar y época en cuestión en una hermosa y desde luego atractiva labor que cautiva a todos los que tomen en serio la labor visual del film. La música varia de clásica y emotiva por un lado a moderna para el momento por otro, y es usada tan solo en determinadas escenas para no desviar la atención del público de la trama. Los planos y movimientos de cámara consuman una enorme labor técnica a través del uso de los subjetivos, generales, reconocimiento, primeros y primerísimos planos, tercera persona, cámara en mano y algunos con profundidad de campo que exprimen lo mejor tanto de las interpretaciones como de su entorno. Cabe destacar también, el montaje lineal y seguido que es corto pero exprime lo mejor del film sin llegar a hacerse pesado.
Las actuaciones son profundas y muy personales. Como protagonistas Agata Kulesza está admirable en su papel de antigua jueza arrepentida con calado psicológico y Agata Trzebuchowska está sensible y natural en su tarea, siendo correctos los acompañamientos de Joanna Kulig, Dawid Ogrodnik, Jerzy Trela y Adam Szyszkowski entre otros. La dirección artística emplea para estos unos vestuarios y caracterizaciones alusivos a monjas por un lado y humildes y carentes por el otro, marcando claramente la pobreza junto con unos decorados que dejan claro la triste situación del país pocos años después de la guerra.
El guion, escrito por el director junto a Rebecca Lenkiewicz, es profundo y absorbente al mostrar con frialdad las horribles situaciones que se vivieron en la segunda guerra mundial aún con el paso de los años, siendo por tanto una obra admirable que se dedica a hacer cine plano a plano para penetrar en el público con su implacable guion que no deja a nadie indiferente. Esto se lleva a cabo con una narrativa impoluta y austera que es sugestiva por su tono sombrío a cada personaje, los cuales mantienen unos diálogos bien trabajados de principio a fin para deleite del público.
Concluyendo, la considero una obra insustituible en lo que se propone, obteniendo justamente el oscar a la mejor película de habla no inglesa sin querer llamar más la atención que con la trama en sí, sin florituras ni ninguna añadidura para ganar votos, simplemente cine en estado puro. Recomendable por su dirección, guion, actuaciones, fotografía, montaje, planos, vestuarios, caracterizaciones y narrativa que vuelven a Ida, un film notable no solo en aspectos técnicos, sino también en su profunda historia que muestra sin aspavientos una vez más, la cruda realidad de los judíos en la segunda guerra mundial.
Elcinederamon
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