Los inútiles de Federico Fellini es un drama neorrealista sobre un grupo de jóvenes que se dedican solamente a vivir. Dirigida con un ritmo reposado y con el estilo propio y particular del director, es una obra que, una vez más, como es costumbre en el director, toma como referente una sencilla historia sobre la vida de unas cuantos jóvenes con mucho tiempo libre y pocas ganas de trabajar, profundizando en sus personalidades y exhibiendo sus defectos cotidianos. Realizada de manera impecable tiene un resultado eminente que cautivará a los seguidores del director y del cine clásico italiano en general.
La fotografía en blanco y negro hace gran uso de los claroscuros y tiene una definición elegante y hermosa, como es común en un director que cuida mucho la cuestión visual de sus films, cumpliendo con una hermosa labor. La música es melódica y autóctona, de nuevo gracias a la mano experta de Nino Rota, que trabaja con sonidos sentimentales y emotivos que son deleitosos y acompañan el film con acierto en las escenas oportunas. Los planos y movimientos de cámara consuman una estupenda labor a través del uso del seguimiento, cámara en mano, primeros planos, avanti, retroceso, subjetivos y generales.
Las actuaciones son auténticas y naturales. Como protagonista Franco Fabrizi está señalado en un personaje con intenciones pecaminosas, siendo remarcables los acompañamientos de Franco Interlengui, Alberto Sordi, Leopoldo Trieste, Leonora Ruffo y Lida Baarova. Para estos emplea la dirección artística unos vestuarios distinguidos e impolutos típicos de las películas de la época que son evocadores, al igual que los pertinentes decorados, que te transportan y completan una notable tarea estilosa que atrae al espectador.
El guion, escrito por el director junto con Tullio Pinelli y Ennio Flaiano, es cercano y agradable de ver, al mostrar una trama sencilla pero absorbente que magnetiza al público con su belleza y naturalidad, encantando con una historia que tiene tintes incitadores al usar la insinuación como pecado principal del protagonista, que no es capaz ni de trabajar ni de apreciar a la joven y guapa mujer que tiene, y mucho menos sus amigos, que no dan un palo al agua. Esto se lleva a cabo con una narrativa con voz en off explicativa y afable, que es clásica y educada en una tarea intachable que acompaña casi todo el film para poner al espectador en situación.
En conclusión, la considero una obra esencial e imperecedera en la filmografía del director, que una vez más cautiva al público con un argumento humilde que se centra en decepcionar a los personajes y exhibir sus pecados, en especial la lujuria y la pereza como base de un film que hace sentir la desesperanza de una joven y guapa mujer embarazada de un hombre que, cada vez se aleja más y más del camino recto. Recomendable por su dirección, guion, actuaciones, fotografía, música, planos, vestuarios y narrativa que vuelven a Los inútiles, un film excepcional y de gran talla que dejará gran sensación en los cinéfilos más exigentes.