Supongo que todos estamos predispuestos a buscar el amor desde la cuna, desde el primer aliento de aire fresco y nuestro primer aullido cuando llegamos a este mundo. El amor físico, sin duda, pero también el amor que te dan las relaciones humanas, el amor de tus padres, el amor de tus hijos.

Y ahí está el tiempo, ese que nos acompaña a lo largo de nuestras vidas, el que nos hace crecer, madurar y agostarnos, el que nos lleva hasta el final de la vida, hasta la muerte.

Bella película, un verdadero drama sentimental que me ha arrancado unas lágrimas, ese que nos dice que los padres nunca debemos sobrevivir a nuestros hijos, porque ese dolor no hay amor que lo calme, ni tiempo que lo cure, y sólo la muerte nos lo hace olvidar.

Gran elenco de actores en esta película dirigida por David Frankel, y he de reconocer que aunque no soy de lágrima fácil, Will Smith, ese gran comediante, ha conseguido arrancármelas en dos ocasiones, la presente y en la excepcional "Siete vidas".

No es una gran película, pero pasa directamente a mis favoritas a pesar de que nota no pasa de un 6.