¿Quién va a necesitar otra ración de fantasmadas después de “Shoot 'Em Up”?
La cinta de Michael Davis se suma a otras como “Crank: Veneno en la sangre” en hiperbolizar el género desde un punto de vista que solo puede conducir a la comedia. Ridícula hasta el orgasmo la cita del cartel lo dice todo: ‘Sin nombre, sin pasado, sin nada que perder.’ Bueno, perder, perdió bastante en el box office porque al contrario que la película que protagonizaba Jason Statham, su recaudación fue bastante discretita pese a tener a Clive Owen (y clavar su zanahoria a todo quisqui), Monica Bellucci (y tirar más que dos toneladas de carretas) y Paul Giamatti en sus filas (desde que protagonizase una M. Night Shyamalan no levanta cabeza).

Necesitada de más referencias y guiños y pese a ser perfecta para una sesión doble con el filme de Mark Neveldine y Brian Taylor estaría mejor con un Tarantino o Miike tras las cámaras y el doblaje español a cargo de Pablo Carbonell.
Por supuesto es estúpida, de consumo rápido, vacía, con una de las diez secuencias de sexo más originales de la historia, fomenta el consumo de zanahorias y es una chorrada con fecha de caducidad de principio a fin pero..., ¿no lo eran ya las películas de acción de héroes indestructibles?