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Estados Unidos Estados Unidos · Raccoon City
Voto de Maldito Bastardo:
7
Romance. Drama Las cinco hermanas Bennet han sido criadas por una madre obsesionada por encontrarles marido. Pero una de ellas, Lizzie, inteligente y con carácter, desea una vida con perspectivas más abiertas, un anhelo respaldado por su padre. Cuando el señor Bingley (Simon Woods), un soltero rico, y su círculo de sofisticados amigos se instalan en una mansión vecina para pasar el verano, las Bennett se entusiasman con la posibilidad de encontrar ... [+]
4 de octubre de 2009
35 de 59 usuarios han encontrado esta crítica útil
A veces vivir en la inopia es sinónimo de felicidad. Yo, hasta cierto día traumático de mi vida, desconocía que hubiese personas tan malvadas y crueles. Moraba en una de las plantas superiores de la Torres Gemelas hasta que un avión de Jane Austen Airlines, tripulado por una banda sádica y sedienta de sangre literaria de Talibanas, me arrasó hasta el más absoluto colapso.
Ese día conocí el infierno. El verdadero infierno.

Comprendí entonces que es una verdad mundialmente reconocida que un cinéfilo solitario, poseedor de una gran dvdteca, necesita una consorte que le escuche. Pero aquella compañera que me prestaba atención atentamente, flanqueada por otras de una misma condición que desconocía, torció su gesto, sus ojos palidecieron y sus cejas se denostaron mostrándome una verdad que me era oculta: ¡estaba rodeado de un grupo de Talibanas de Jane Austen!

Mi único y terrible error no fue ocultar mis sentimientos cinéfilos hacía la adaptación de Joe Wright: visualmente poderosa y embelesadora, con una puesta en escena ejemplar y, sobre todo, por mostrarnos un clímax inédito en tiempos de sexo explícito con triples penetraciones, golpes de bolsas escrotales en chapapotes carnales con nominaciones a los efectos sonoros de la academia, mamadas hiperreales en alta definición y morreos con más babas que “Alien, el octavo pasajero”.

El punto álgido de aquella maravillosa cinta era un beso romántico ¡sin lengua! y con el resplandor de sol irrumpiendo en la apoteosis sentimental. Como un arrebatado orgasmo con sentido y sensibilidad.

Desde ese momento recibí numerosas amenazas verbales y físicas por partes de un sector que se había desenmascarado. Investigando a las Talibanas (conoce a tu enemigo y vencerás) descubrí que la casa de la familia Bennet parecía una corrala: esos animales de toda índole correteando y esos trajes de ignominiosos mendigos que lucen en todo el metraje.
Las radicales de la novelista británica no perdonan todo aquello que no tenga el sello BBC. De hecho se reúnen muchas veces a la luz de la luna llena para verse todos los episodios de la miniserie y bailan desnudas en un aquelarre invocando al espíritu de su Diosa (que conste que sólo era un trabajo de investigación).

Ni los diálogos ni las actuaciones de sus interpretes son perdonadas: ella habla como una personaje de “Al salir de clase”, al actor que ‘interpreta’ a Darcy no le tendrían que dar un papel en su vida y nunca quitarle el palo del orto que lleva en todo el metraje y a su director había que lapidarlo con libros de la Diosa de tapa por supuesto dura.

Que mi triste historia con final prematuro les sirva de ejemplo: nunca muestren sus sentimientos positivos sobre esta película a una mujer. Ni siquiera a su madre. Caerán en un riesgo letal por un orgullo más allá de la duda y prejuicios donde sólo habita el vil resentimiento.
Todas ellas pueden formar parte de Las Talibanas de Jane Austen.
Maldito Bastardo
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