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España España · Sevilla
Voto de Lemmytico:
4
Drama. Romance Quinta y penúltima parte de la serie "Comedias y proverbios". Delphine es una joven secretaria parisina sin planes para sus vacaciones después de que su amiga las cancelara en el último minuto. Sola y triste, ella está decidida a viajar. En el camino conoce a una chica sueca que intenta animarla pero que sólo consigue acentuar su sensación de soledad, hasta que su destino de repente da un giro inesperado. (FILMAFFINITY)
4 de octubre de 2010
12 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
... Fue el día que una serie de críticos brillantes se dieron cuenta de que el cine tenía un lenguaje propio, que con un plano, un gesto, un fotograma, se podían decir muchas cosas. Que directores que antes se tenían como simples fabricantes de éxitos de taquilla, como Hitchcock (con Ford les costó más tiempo darse cuenta), tenían estilos absolutamente personales y decían más cosas de las que parecían a primera vista.

Ese día el cine se tornó reflexivo, autorreferencial. Gracias a ello, muchos hemos aprendido a ver más allá de las apariencias. Pero también desde ese día murió la espontaneidad y la ingenuidad del cine. Y nació una nueva forma de hacer pelis: el cine consciente de ser cine.

Los franceses, con sus "Cahiers du Cinema", fueron la punta de lanza de este nuevo cine autoconsciente, primero desde la crítica y luego detrás de las cámaras, cuando los críticos quisieron pasar del dicho al hecho. Los resultados han sido sin duda ambivalentes.

"El Rayo Verde" es la primera peli que le he visto al aclamado Rohmer, y créanme, tardaré en ver otra. Porque como muchas otras películas francesas (se me viene a la mente por ejemplo "Azúl" de Kieslowski) se esmera no tanto en contarte una historia como en plasmar una idea a través de mil metáforas distintas, de planos, colores, fotografía y estridentes violines. Los personajes apenas evolucionan porque básicamente no hacen más que dar vueltas en el círculo de un guión pensado para mostrar la misma dimensión de muchas formas diferentes (y de paso lo bueno que es el director). La empatía no se trama entre el espectador y los personajes, sino del espectador y el director, que lanza una serie de juegos visuales para que el avispado espectador los cace y demuestre también así lo listo que es.

Pues muy bien, me parece una forma alternativa de hacer cine. La respeto, aunque sinceramente creo que es negativa. Ahora bien queridos amigos: no me hagais comulgar con ruedas de molino. No es que no capte las cosas, no es que sea tonto, no es que no lo entienda ni lo pille, no es que mi mirada esté pervertida por Hollywood. Lo capto y lo entiendo, pero prefiero que me cuenten una historia, y entiendo que el cine nació para eso: para contar historias.

La promoción de la filmoteca en la que la vi lo decía todo: "el placer de que no pase nada". No comment, me voy a ver una de John Landis...
Lemmytico
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