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España España · Valencia
Voto de Talladal:
3
Comedia. Drama Eric Bishop, un cartero de Manchester, fanático del fútbol, atraviesa una dura crisis vital: sus dos hijos hacen trapicheos de todo tipo, su hija le reprocha que no sepa estar a la altura de las circunstancias y, además, su vida sentimental es un desastre. Ni siquiera el buen ambiente que reina en el trabajo consigue levantarle el ánimo. Inesperadamente, una tarde se presenta en su casa Eric Cantona, su ídolo, la estrella de su equipo, ... [+]
7 de diciembre de 2009
16 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
Que Ken Loach deje de ser un poquito -solo un poco, que nobleza obliga- Ken Loach parece que tiene mérito. Parece que porque haya buffet libre de perdices para tutilemondi la película está bien. Craso error.
La película es un ladrillo. La trama es un pastelón de clichés de teleserie enmascarados de cine social optimista, bazofia aburrida con perfume social. Una situación personal y familiar al límite, y, por tanto, toda excepción, pura anécdota es el origen de la acción dramática, por lo que el resto será cómo arreglar el amañado desastre. Para ello, canutos para olvidar convocarán al genio del fútbol con un mensaje de libro de autoayuda: Frases vacuas y tonterías cinematográficas se sucederán. A pesar de todo, cuando interviene le roi la película gana en interés, ya sea por el carisma que transmite, ya sea porque interviene en los pocos gags que provocan la risa o por lo menos la sonrisa. Y mostrándose las cuitas del protagonista se pretende que seamos más tolerantes con las nuestras y las de nuestro prójimo. Qué angelical objetivo y a la vez qué visto está ya el tebeo. Me decía en el cine: “¿Ahora pretendes arreglarlo todo? ¿Es que no has tenido decenios para empezar? Pero claro, si lo hubieras hecho entonces, ahora no habría película.” Y ante tanto solipsismo canuto-futbolístico, hay que acabar la película y para ello el recurso archiconocido megarepetido recontrabonito de que I'm gonna try with a little help from my friends, que, como todo el mundo sabe, están siempre para todo. Además da la casualidad de que los colegas son hooligans y tal. Y que el antagonista de la historia es el “psicópata del barrio” [sic]. Un final a lo Bud Spencer y Terence Hill es lo mejor para recuperar la sonrisa. Y que los enamorados finalmente se reconcilien (“No fui yo, fue que estaba loco y no lo sabía”…Por favorrr) enternece a cualquiera.
Todo muy deslavazado, muy auténtico, muy real, muy Loach. Y 119 minutos de ladrillos loviéndome en la chola en la butaca del cine. Me aburrí como una ostra social.
Talladal
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