Drácula es el gran personaje de ficción los clásicos de la literatura fantástica, muy por encima de otros como Dr Jekyll / Mr Hyde, Frankenstein o hasta Dorian Gray. En el primer capítulo de Castlevania ya se lo cargan poniéndolo como un hombrecillo ridículo, cero autoridad, que se enamora de una pija que reúne todos los tópicos del cine estadounidense malo (¡¡¡siendo rumana!!!) y a cuenta del enamoramiento actúa de manera caprichosa. A partir de ese punto de partida inverosímil (Drácula perdiendo los papeles de cualquier manera) se desarrolla una trama en la que no ayudan los manidos diálogos ("I didn't have a choice", dice uno de los protagonistas girándose. ¿Cuántas veces se ha visto eso en la historia del cine?) o los topicazos que van cayendo uno tras otro (suelos que se abren y en los que se caen los protagonistas a estas alturas), todo aderezado con un sentido del humor patético (esas frasecitas "graciosas" en los momentos tensos vistas mil veces). Fuera de eso, que no es poco, hay ciertas fases bien ejecutadas, sobre todo en lo referido a las peleas… pero no mucho más. Una serie plana que tiene como único mensaje un descarado alegato anticlerical (¿a qué viene, por cierto?).