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España España · The Twilight Zone
Voto de Jackie Daytona:
10
Drama La fama del saxofonista de jazz Charlie ’Bird’ Parker crece rápidamente a partir de su llegada a Nueva York en 1940. Pero Parker comienza a abusar del alcohol y las drogas, y su vida se convierte en un infierno. (FILMAFFINITY)
18 de octubre de 2020
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nació hace un siglo y murió treinta y cuatro años más tarde, con el cuerpo y el alma en ruinas, la vida exprimida hasta la última gota. En cuanto se supo de su fallecimiento su leyenda no paró de crecer. Todo el mundo tenía una anécdota que contar sobre Charlie Parker, todo el mundo alababa su carisma, su capacidad para discutir acerca de cualquier tema, sus distintas personalidades que le permitían compaginar su actividad de músico, su existencia de yonqui y su rol de padre de familia.

El bebop, el estilo que apadrinó, supuso una ruptura total con el jazz existente, una fórmula que se apartaba del swing, un sonido que no se podía bailar, que no hacía concesiones comerciales, que requería de un gran dominio de la técnica y exigía concentración absoluta al público. Algunos músicos se hallaban en plena búsqueda de ese nuevo lenguaje cuando escucharon a un extraño individuo que solía llegar tarde a los conciertos y que a menudo aparecía visiblemente desorientado, confuso, un joven autodidacta proveniente de Kansas City.

Charlie Parker, eterno perseguidor de sueños, despliega su arte en cascadas de notas que se elevan al infinito, torrentes de fantasía, lógica y belleza, delirios de virtuosismo, improvisaciones poseídas de sentimiento que revelan una agudeza nunca vista hasta entonces y que nunca volvería a verse después. Bird vuela más alto, piensa más rápido, va dos pasos por delante del resto.

Clint Eastwood refleja en esta obra, envuelta en un halo romántico e iluminada por una exquisita fotografía, las desventuras de un personaje al límite. El relato se inicia con el errático último año de vida de Bird y luego se disgrega recordando hitos de su pasado, como el fatídico viaje a California, su amistad con "la baronesa del jazz", o la mítica grabación de “Lover Man”, donde apenas se podía sostener en pie; también recoge el punto de vista de su esposa Chan y del trompetista Red Rodney. Entre los temas que aborda se encuentran la adicción a la heroína, la complicada relación con Dizzy Gillespie, el rechazo de parte del público, el racismo, o los problemas con la policía.

Hay encuadres memorables, impregnados de belleza, además de un precioso plano secuencia que nos enseña la Calle 52 en ebullición. La banda sonora es magnífica. Forest Whitaker, como siempre que le ofrecen un buen papel, se luce. El clasicismo de Eastwood nos regala momentos preñados de emotividad, donde Parker, consumido por sus impulsos autodestructivos, consciente de que su final se acerca, aún gasta las últimas energías en tratar de recuperar el rumbo.

La película, igual que su protagonista, está llena de poesía y talento.
Jackie Daytona
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