Media votos
6,5
Votos
467
Críticas
10
Listas
1
Recomendaciones
- Sus votaciones a categorías
- Contacto
-
Compartir su perfil
Voto de chiqui:
9
![](https://filmaffinity.com/images/myratings/9.png)
7,9
36.156
Drama
Adaptación de una novela del escritor inglés William Tackeray. Barry Lyndon, un joven irlandés ambicioso y sin escrúpulos, se ve obligado a emigrar a causa de un duelo. Lleva a partir de entonces una vida errante y llena de aventuras. Sin embargo, su sueño es alcanzar una elevada posición social. Y lo hace realidad al contraer un provechoso matrimonio, gracias al cual entra a formar parte de la nobleza inglesa del siglo XVIII. (FILMAFFINITY) [+]
29 de octubre de 2011
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Barry Lyndon retrata el siglo XVIII a través de la historia de Redmond Barry, un joven irlandés, soldado, desertor, tramposo y aristócrata en una época convulsa.
Stanley Kubrick narra la historia con sorprendente técnica y minuciosidad fotográfica. El perfeccionismo de Kubrick da resultado y es difícil encontrar defectos en la realización de los planos, que recuerdan a las grandes obras de Constable, Vermeer, etc. Así como en la iluminación de las tomas, el movimiento de la cámara y el uso del zoom (tic del director).
Acompañadas por Handel y Schubert, entre otros, se suceden escenas de memorable belleza. Sin embargo el guión camina a trompicones, y la fotografía, la música, el gran vestuario y la magnífica dirección del genio Kubrick lo eclipsan. El uso de la voz en off se convierte pronto en una de las pocas imperfecciones de la película, quizá no llegue a aburrir, pero cae en torpezas; como anticipar los giros de una historia que ganaría en tensión con una voz en off un poco más cuidadosa.
La duración de la cinta y el ritmo (en ocasiones) pueden poner a prueba a los menos cinéfilos. A pesar de todo es una obra que no se pueden perder los amantes del cine, y queda merecidamente en el curriculum de un director magnífico.
Stanley Kubrick narra la historia con sorprendente técnica y minuciosidad fotográfica. El perfeccionismo de Kubrick da resultado y es difícil encontrar defectos en la realización de los planos, que recuerdan a las grandes obras de Constable, Vermeer, etc. Así como en la iluminación de las tomas, el movimiento de la cámara y el uso del zoom (tic del director).
Acompañadas por Handel y Schubert, entre otros, se suceden escenas de memorable belleza. Sin embargo el guión camina a trompicones, y la fotografía, la música, el gran vestuario y la magnífica dirección del genio Kubrick lo eclipsan. El uso de la voz en off se convierte pronto en una de las pocas imperfecciones de la película, quizá no llegue a aburrir, pero cae en torpezas; como anticipar los giros de una historia que ganaría en tensión con una voz en off un poco más cuidadosa.
La duración de la cinta y el ritmo (en ocasiones) pueden poner a prueba a los menos cinéfilos. A pesar de todo es una obra que no se pueden perder los amantes del cine, y queda merecidamente en el curriculum de un director magnífico.