De una forma brillante, la película nos brinda un discurso sobre las preguntas que todos nos hacemos o no nos haremos a lo largo de nuestra vida, sobre el valor de nuestros recuerdos, que necesitamos para tener una experiencia emocional sobre la cuál podremos apoyarnos ante todas las vicisitudes de la vida (¡que triste el momento en que Rachel se da cuenta de que no es su pasado el que recuerda, y despierta en Deckard la empatía, el remordimiento y el amor!).

“Yo he visto cosas que vosotros no creeríais……es hora de morir”.

Sin duda lo más recordado en la película es el momento en que Rutgen Hauer recita unas palabras memorables ante un Harrison Ford atónito. Sin embargo yo me quedo con la conversación que mantiene con tyrell (y que acaba con la muerte del creador, asesinado por su obra, quién aplasta con sus propias manos el cerebro que le ha dado la vida) durante la cuál Roy hace las mismas preguntas que todos le hacemos a la naturaleza, y éste le responde recordándole el valor y la belleza de la vida que hay que disfrutar, ya que la muerte será inevitable. Los seres humanos hacen cosas terribles y sublimes, capaces de lo mejor y lo peor, "mueren y no son felices", pero igual que todas las luces que siempre al final se apagan, lo único que importa cuando el fin llega es con que intensidad han brillado.