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España España · Gijón
Voto de TeAmargo:
9
Terror Inspirada en una historia real sucedida en el madrileño barrio de Vallecas en los años 90. Tras hacer una ouija con unas amigas, una adolescente es asediada por aterradoras presencias sobrenaturales que amenazan con hacer daño a toda su familia. (FILMAFFINITY)
25 de agosto de 2017
47 de 67 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mira que el terror es un género tan trillado que tenemos que remontarnos a El Exorcista, El Resplandor de Kubrick o Misery (las dos últimas basadas en novelas de Stephen King, quien vuelve en dos semanas con el malvado Pennywise a la gran pantalla) para recuperar cintas muy redondas (los Expedientes Warren son magníficos en atmósferas pero trillados en historias) y aún así son más psicológicas que terroríficas. Mira que esta película ni pensaba verla, mira que el tráiler ni me llamaba. Pues ha sido meterme al cine a su primera sesión (16:05 en los Yelmo Ocimax de Gijón) y salir con el corazón a cien. Verónica es la respuesta a todas mis quejas del género de terror y más. Una sorprendente y brillante película que acaba de desbancar a Que dios nos perdone como mi película española favorita.

Su duración acotada y su pulso mantenido (un Paco Plaza sensacional en la dirección, digno del mejor James Wan pero sin copiar para nada) no hacen más que beneficiarla -yendo al grano te cargas muchos tópicos y minutos extras que varias películas suelen adolecer-. La historia toma de inspiración fundamental el caso Vallecas y por muy conocida que sea dicha historia real, la película te mantiene con el corazón en un puño. La ambientación de los noventa, la música, la edición: todo es maravilloso y ultra creíble. ¿Qué decir de los personajes? Sublimes, absolutamente todos. Destacando a una Sandra Escacena que acaba de empezar y ya se halla en estado de gracia, todos los jóvenes actores se comen la pantalla haciendo que nos identifiquemos con ellos, les cojamos aprecio y supliquemos por su seguridad en los momentos más aterradores. Hasta el genial guión esconde un final con pequeños giros brutalmente sorprendentes que ni hasta el más mal pensado vería venir. Ninguna otra película de terror había conseguido hacer eso, creo que en la historia reciente del género (y me he visto varias).

En el plano del terror: Verónica es la mejor película de terror de los últimos años simplemente por saber dar terror. No hay ningún screamer o jump scare barato (mi principal queja y lo que, por desgracia, abunda en las películas). Es más incluso la música siempre se halla presente. Aquí hay imágenes y secuencias de puro horror gracias al manejo maestro de la tensión y planos sostenidos. Se notan las influencias de Plaza, pero también se nota que ha aprendido a lo grande y ha sabido hacer suyo el estilo. Hay momentos dignos de pesadilla, no por el sobresalto sino por lo que se ve y se siente, que no me extrañaría si poblasen algunos de mis turbios sueños algunas noches de estas, mientras los Héroes del Silencio hacen la cuenta atrás hasta uno.

Puedo parecer exagerado, pero no soy yo (soy el primero que dilapida o resta valor sin piedad a una película, claro que si lo merece). Lo exagerado es que una película española sin mucha propaganda (en la sala, por desgracia, éramos cinco -aunque eso también contribuye a la atmósfera-) y que parecía otra más haya dado la campanada coronándose como la mejor película de terror que el cine me ha entregado desde tiempos ochenteros. Para mí, Verónica es un clásico instantáneo desde ya y una de las películas imprescindibles de este 2017. Supera sin miedo las producciones norteamericanas desmedidas sin despeinarse, es una película de terror sin trucos que da miedo de verdad y que te hará escuchar sin remedio a los Héroes del Silencio (si es que no lo has hecho ya). Nunca lo hubiese esperado, pero por fin salgo del cine sin asociar la palabra terror a una muñeca maldita ni a una puerta que se destroza a hachazos ante gritos histéricos de una mujer a punto de ser asesinada. Cuando pienso en terror, veo a Verónica. Y que esto se logre en tiempos turbulentos y de tanta basura como el actual no me hace más que sonreír... mientras trato de controlar los temblores de mi cuerpo.
TeAmargo
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