El polifacético Mads Mikkelsen protagoniza una película basada en una novela gráfica y que rebosa acción y sangre muy al estilo de John Wick sin la personalidad y estética de aquélla pero en la que el actor danés lleva muy bien el peso y que aunque argumentalmente es bastante disparatada y flojita en el guión, es consciente de ello y no busca otra cosa en ese apartado. Es muy entretenida para amantes del género y hace pasar un buen rato que es para lo que este tipo de películas, donde muere hasta el apuntador, están pensadas.