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España España · valencia
Voto de Blancafont:
10
Drama. Ciencia ficción Justine (Kirsten Dunst) y su prometido Michael (Alexander Skarsgård) celebran su boda con una suntuosa fiesta en casa de su hermana (Charlotte Gainsbourg) y su cuñado (Kiefer Sutherland). Mientras tanto, el planeta Melancolía se dirige hacia la Tierra... (FILMAFFINITY)
19 de marzo de 2012
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Este viaje lento y muy cuidado al mundo interior del director, casi con melancolía, nos lleva hacia lo que podrían ser las últimas horas del planeta tierra.

Personalmente, no disfruto del género apocalíptico, pero esta cinta no encaja en esta casilla, es algo diferente, te atrapa desde el principio con un preludio de espectaculares fotogramas, un espectáculo visual con una introducción de varios minutos para el deleite de la vista. Imágenes sublimes que no hacen sino despertar el interés del espectador, de hecho lo único comparable puede ser alguna fotografía de la gran Annie Leibovitz, las sedas al viento en un sutil movimiento de cámara lenta que tanto impactan.

En el cartel, una imagen de la protagonista, Kirsten Dunst, que interpreta a Justine, la novia desgraciada, triste y melancólica en el que se supone el día más feliz de su vida avivando cierta curiosidad hacia la trama.

Se narran dos historias que ocurren en paralelo: una, el descubrimiento de un nuevo planeta tras el Sol con posibilidad de colisión con la tierra, llamado Melancolía. La segunda es la historia de Justine, joven bipolar depresiva en el día de su boda organizada por su hermana, interpretada por Charlotte Gainsbourg y su rico cuñado, Kiefer Sutherland, en la casa de éstos.

A través de imágenes y escenas extraordinarias, el director retrata a una familia desestructurada, en la que sus miembros son como planetas, cada uno con su propia órbita y muy diferente a los demás, pero parte de un mismo sistema y la relación entre ellos con Justine.

Tras la boda la trama se centra más en su hermana Claire, en las diferencias entre éstas, su papel como madre y cómo ambas viven la posibilidad del fin del mundo, cobrando protagonismo el planeta Melancolía, que poco a poco se va acercando a la tierra anunciando un cataclismo inminente.

Ganadora del premio a la mejor actriz en Cannes 2011, Kirsten Dunst nos sorprende con una gran madurez interpretativa poniéndose en la piel de un personaje complejo, con pocos diálogos y muy cambiante, para la que el simple hecho de vivir es una carga extenuante.

Desde el humor depresivo es desde donde se debe en a Justine, la incapacidad para simular alegría y las desesperadas muestras de ayuda por parte de su hermana ante la impotencia del novio, amante consternado, hacen que se recupere y vuelva a caer en su pozo masoquista donde nadie puede llegar.

Aparte de ser una cinta de buenos trabajos interpretativos, es muy visual. Se me antoja compararla en varios aspectos con El árbol de la vida de Terrence Malick por sus imágenes tan bien cuidadas, aunque un tanto más estáticas, y por los fotogramas de los planetas y nebulosas, que nos hace sentir la insignificancia del hombre ante tanta inmensidad. La habilidad de conjugar dos líneas narrativas tan diversas y maravillosamente unidas, es, en definitiva la grandeza de ser un gran cineasta.
Blancafont
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