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España España · Asturias
Voto de Choco:
9
Intriga A casa de dos estudiantes van llegando los invitados a una especie de fiesta de fin de curso. El invitado que más temen es su tutor y profesor, un astuto criminólogo que sostiene que el crimen perfecto no existe, aunque ellos se han propuesto demostrar lo contrario. En efecto, con su llegada crece cada vez más la tensión y el nerviosismo de los jóvenes. Y no es para menos, porque tienen un cadáver encerrado en el arcón que sirve de mesa para la cena. (FILMAFFINITY) [+]
18 de marzo de 2015
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Otra que antes me parecía algo pesaduca y que ahora me ha parecido genial. En cuanto a lo que yo sé de su consideración "pública", decir que no comprendo por qué se dice que una película es teatral como un defecto. Como si el autor no hubiera sabido desprenderse de los orígenes algo teatrales de las primeras películas, y en esta se dice que es teatral como una gran virtud.
Personalmente no encuentro el que una película sea teatral como un defecto, ni en esta ni en otras. Me gusta el teatro y aunque las películas teatrales no logran esa increíble magia que da el directo (en el teatro, en los conciertos, y hasta en la misa... el fenómeno de la unión de seres observando algo que por este hecho solamente, tiende a emocionar más y del que no me pongo a hablar a ahora o me desviaré del tema, que tengo mucha costumbre de hacer eso (desviarme del tema)), a veces consiguen una forma de atención especial que no consiguen los formatos de películas más teóricamente apropiados al medio.
Por otra parte, cuando de una película sólo oyes hablar de su novedosísima técnica (para la época) de filmación, de que si los royos de cine duraban diez minutos, de que si los cicloramas y el número de luces y demás detalles que nada tienen que ver con la historia que narran o con la historia que tú al final vas a ver... parecería en principio que me da mala espina. Quiero decir que una novela es buena o mala por la historia que cuenta y/o cómo está contada, no porque el escritor le costara mucho hacerla porque decidió que en vez de escribirla en papel normal, la escribiría en papel secante que se comía la tinta y fabricó él una tinta nunca vista, dificilísima de conseguir, machacando hueso de animales prehistóricos que tuvo que buscar personalmente en unas canteras de Madagascar. Todo eso puede componer una anécdota muy interesante y ser una novela en sí misma, pero al final, lo que cuenta es la historia que narra y cómo te llega. Y hay que reconocer, que de eso se habla muchísimo menos, lo que encuentro una enorme injusticia. O que el relumbrón de la técnica hace que se preste menos atención al hecho de que después de todo se trata de una película y que de lo que se trata al final, es de contar una historia.
He de decir que los cambios que se efectuaron haciendo zoom sobre la espalda de una chaqueta (los demás, no), se ven "raros" en la historia y llaman la atención sobre sí mismos (lo que es lo mismo que decir, que te sacan de la historia y por tanto de la "suspensión de realidad") obligándote a salir y entrar de la histora cada vez que hacen el zoom sobre la chaqueta. Por mucho que él lo quisiera hacer como un todo orgánico como una obra teatral presencial (una obra teatral que, encima, no tiene actos. Es entera una sola pieza). El efecto del zoom sobre la chaqueta hasta que todo se vuelve negro e ir inmediatamente de ese negro a la chaqueta, es el de un fundido a negro, que él quiso evitar. Da una sensación de transición. Como en los fundidos en negro (que realmente es lo que hace el zoom sobre la chaqueta, va al negro) esperas que tras él se de alguna clase de salto temporal o espacial. Pero eso no es lo que sucede. A veces incluso terminan tras el "fundido en negro" chaquetil, llegan a terminar una frase que empezó justo antes del fundido. Es decir: Están en el mismo sitio, haciendo lo mismo. Esto produciría una sensación de desconcierto si no conoces previamente el motivo de ese falso fundido (Como diría abuelito: "Como llamar a uno aparte para no decirle nada"). Uno espera alguna clase de cambio tras él, y al no producirse cambio alguno, te saca de situación.
Si estás al tanto del tema de la duración de los diez minutos, el efecto de ese falso fundido es el artificio. Te das cuenta que ha pasado algo que rompe con la línea argumental y piensas "Acaban de cambiar la cinta", lo cual en el fondo produce el mismo efecto. Te saca de la historia y te llama la atención sobre la técnica sacándote de la trama y rompiendo brevemente la suspensión de realidad.
El resto de los cambios que no se hicieron sobre llaquetas con zoom in, zoom out, me pasaron totalmente desapercibidos, lo que quiere decir que no me sacaron de la trama, que he encontrado maravillosa.
Me hubiera encantado, encantado, encantado conseguir la obra teatral en la que se basa este film (espeluznante que esta, a su vez, se base en un hecho real), porque por lo poco que sé sobre esta obra teatral, ésta tiene incluso más matices interesantes que Hitchcock, por vicisitudes del momento histórico y demás, no se pudo permitir el lujo de incluír, aunque lo deja sugerido levemente.
Las interpretaciones del trío protagonista (fundamental siempre, pero más evidente en una pieza de corte teatral) son maravillosas y James Stewart, desde luego se merece su fama. Está soberbio, lo que técnicamente no debe ser fácil con la cámara quieta sobre su rostro como está por periodos tan inusualmente largos. Una cosa es mostrar cara de estupefacción-pensativa, por llamarla de alguna manera y otra cosa mantener esa expresión casi 20 sg sin que se convierta en una mueca de esas que ponen en los culebrones cuando la cámara se está quieta sobre su cara medio minuto. Realmente, toda una lección de interpretación.
El guión es soberbio, con unos secundarios cuidadísimos ya desde la escritura de sus diálogos, chispeantes y vivos, como el personaje que vió la película titulada "algo de algo" o tal vez sólo se titulaba "algo", a la que todo el mundo toma el pelo, de manera a cual más ingeniosa, o la brillantísima discusión con el padre de la víctima, sobre tan peregrinas teorías, donde los dos puntos de vista están expresados de modo que sólo puedo calificar de brillante.
Una películaza que da gusto ver y volveré a visitar, aunque tenga que estrellarme de narices con esa maldita chaqueta (porque ese es otro efecto de ese zoom in; parece que tropezaste y te caíste de narices sobre la chaqueta), unas cuantas veces más.
Choco
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