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España España · Granada
Voto de Kikivall:
8
Comedia Anselmo, un maestro de escuela es despedido por su afición a hipnotizar a la gente. Sin embargo, la noticia de que ha heredado una gran fortuna en América le consuela y decide emprender un viaje hacia el otro lado del Atlántico. Allí descubre que la famosa herencia es insignificante pero conoce a un vividor que le enseña a utilizar sus dotes de hipnotizador y acaba teniendo un gran éxito. Convertido en millonario, regresa a su pueblo. (FILMAFFINITY) [+]
8 de enero de 2018
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Esta película fue un encargo que Sáez de Heredia escribió para el cómico Valeriano León, que por aquellos entonces era toda una estrella del teatro de vodevil “Días de radio”, 1955).

Sáez de Heredia tiene dos “yoes”: un “yo” de director de comedias interesantes e incluso hilarantes en las que destacó como un realizador exitoso y bueno; y el otro “yo” que aglutina su ímpetu ideológico afín al franquismo con películas cuyo paradigma es Raza (1941) basada en una novela homónima de Francisco Franco y guión de su puño y letra. El caso y la conclusión es que, el “Yo” franquista de Sáez de Heredia, ahogó y se impuso al “yo comediante” y de cineasta de este prolífico director.

Esta película pertenece a la faz de comediante. Tiene un argumento surrealista y un disparatado humor del absurdo donde Sáez de Heredia se encuentra cómodo, con un guión del propio Sáenz que muy bien podría haber sido escrito por Groucho Marx. Con la intención de hacer pasar un buen rato, el film, en su humor “loco” y desatinado en el mejor sentido, encierra una fábula moral y humana sobre el amor a la educación y la pedagogía de un pobre maestro humilde que sueña con crear un gran centro cultural para los niños de su pueblo.

Es una película desestructurada que parte de una disparatada premisa, con un maestro paranormal en un extraño pueblo donde todos están muy preocupados por la educación de sus hijos (algo curioso y poco o nada habitual). Todo ello en un contexto de ruralismo extraño que mezcla pueblo con una gran ciudad, con un escenario y unos personajes de los que podría pensarse, vista hoy con otros ojos, que está inspirada en el teatro del absurdo de Samuel Beckett: personajes que provienen de los bajos fondos pero que hablan muy bien y con expresiones rimbombantes, todos ellos un tanto bizarros y en extremo incautos.

La música de Modesto Romero Martínez pasa el corte y no está mal para la época la fotografía en blanco y negro de Francesco Izzarelli.

El reparto, hay que decirlo bien alto, es genial. Un Valeriano León cómico, muy expresivo, con ojos grandes y ondulantes que sabe llenar pantalla. Hace pareja con un genial Fernando Fryre de Andrade que actúa con su propio estilo y gran vis cómica. Quiero destacar también a Irene Caba Alba, que saliendo escaso tiempo en la cinta, se hace con el público que queda marcado con su presencia fugaz pero rotunda.

Valoro esta película como una comedia tierna, con su carga de ironía y un humor en muchos casos negro. Es igualmente un film propiamente del realismo social de la época, que analiza la mezquindad humana. El rechazo al ser humano único, singular; el rendibú cicatero del alcalde que primero se porta muy mal y acaba como protagonista benefactor, todo ello por cerriles intereses inconfesables.

En resolución, la radiografía social de un pueblo con más de un hipócrita por medio, y a lo largo del film, situaciones delirantes, diálogos ingeniosos y divertidos, con un sensible sedimento humano de aflicción.
Kikivall
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