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España España · Granada
Voto de Kikivall:
10
Drama Johnny Friendly (Lee J Cobb), el jefe del sindicato portuario, utiliza métodos mafiosos para controlar y explotar a los estibadores de los muelles neoyorquinos. Terry Malloy (Marlon Brando), un boxeador fracasado que trabaja para él, se ha visto involuntariamente implicado en uno de sus crímenes. Cuando Malloy conoce a Edie Doyle (Eva Marie Saint), la hermana de la víctima, se produce en él una profunda transformación moral que lo lleva ... [+]
7 de marzo de 2017
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película dirigida por Elia Kazan en 1954 es, desde mi modo de ver, una de esas películas redondas, una obra cumbre de la cinematografía y un icono en todo sentido de lo que debe ser una película de excelencia.

Para mí, esta película es quizá la gran obra maestra de Elia Kazan, una especie de rara avis que sale una entre un millón, pues lo reúne todo. Por empezar la dirección de Kazan es genial en forma de obra lírica que refleja el espanto de un ambiente sórdido e irrespirable. Una obra cumbre de la narrativa cinematográfica que el director sabe convertir en la mezquina y asfixiante semblanza de unos personajes al límite de la supervivencia física y moral. Kazan da la gran lección con una cinta viscosa en su transcurso, que apenas deja lugar a un mínimo de sosiego en los 108 minutos que dura el metraje.

Tiene igualmente la película un excepcional guión de Budd Schulberg. Dicho guión se basó en los artículos, que ganaron el premio Pulitzer, que en 1947 empezó a publicar Malcom Johnson en el New York Sun bajo el título de Crime on the waterfront y completados en 1951 con el libro Crime on the Labor Front. Eran textos que aportaban información sobre las actividades de cierta forma de gansterismo en los muelles neoyorquinos, que imponían su dictadura sobre los obreros.

La música de Leonard Bernstein acompaña a la tragedia en casi cada segundo de la obra, siguiendo paso a paso los avatares de los personajes con una intensidad difícilmente igualable. La película fue rodada en blanco y negro por la prestigiosa y reputada cámara del fotógrafo Boris Kaufman, con tonalidades y una nitidez majestuosas.

El reparto no puede ser mejor. Destaca en primer lugar un joven Marlon Brando que hace una de las mejores interpretaciones de su carrera, dotando de tensión y veracidad a un personaje difícil que ha de moverse en arenas movedizas y peligrosas. Y qué decir de Eva Marie Saint, una actriz que se prodigó poco en el cine; una mujer bellísima, elegante y en fin, para mí sólo igualada (o superada) en su momento por Grace Kelly, y que interpreta genialmente su papel de muchacha pura en un entorno de lodazal. Karl Malden está sembrado en el rol de sacerdote que pretende acabar con el miedo y el silencio. Lee J. Cobb hace de auténtico mafioso y villano de la historia con brillantez. Rod Steiger, muy joven, le hace la contraparte en la mejor escena del film, cuando parlamenta con su hermano Brando de cara a acordar una solución factible con los gánsteres.

Película dura con una tensión in crescendo y unos personajes curtidos en el duro trabajo de estibadores y el miedo a los mafiosos que los controlan. El miedo está omnipresente en la película, un miedo paralizante que convierte a los rudos hombres del puerto en corderillos dóciles ante las inmundas bestias que controlan sin piedad sus vidas. Pero el film no renuncia a momentos bellísimos de un lirismo arrebatador en lo que toca a la historia de amor entre Brando y la Eva Marie.

Es una película que puentea el filme de denuncia y el melodrama social y que retrata de forma cruda los bajos fondos del trabajo portuario en Nueva York y el papel de los sindicatos del crimen. Pero habla de manera primordial de hombres que sabiéndose perdedores buscan alguna forma de redención y un lugar apacible bajo el sol. En el terreno del romance están Terry Malloy, un pobre boxeador fracasado, papel que interpreta Brando, y Eddie Doyle (Eva Marie Saint); dos jóvenes que intentan por todos los medios subsistir al desarraigo, a la frustración y a la desesperanza, salir a flote como sea, aunque en el intento se jueguen la vida. Ellos viven un amor nacido de dos espíritus abandonados e incluso solitarios, que pueden compartir su oscuro mundo para emerger como ave Fénix en un medio inhóspito y difícil.

En resolución, Kazan, con su maestría y genialidad nos brinda un film asombroso fundamentado en la fuerza de una historia cargada de dramatismo y basada en un hecho real, acompañada de un gran guión, y la presencia de actores, todos ellos maravillosos, a los que el director saca el mejor partido.
Kikivall
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