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Voto de Korolev:
6
6 de diciembre de 2014
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Una hoja en blanco es el vértigo de los que escriben. Lo único peor que no tener nada que decir, es no saber cómo decirlo. Sin embargo, no todo el que usa la pluma lo hace para el lector o el público. Hay quienes ofertan su talento -y no son pocos- al mejor postor y, algunos, con tanta asiduidad que ya no son conscientes de estar prostituyéndose. Se conoce como proceso de normalización.
Cierto que la película no se muestra firme en muchos aspectos, pero la historia se sostiene, a los personajes se les coge cariño, nos llegamos a reir con alguna de sus secuencias cómicas -no todas- e incluso uno llega a sentirse a gusto en su cochambroso salón bebiendo ron barato. Acabas apostando, como lo hacen ellos, por su precariedad ante la avaricia del capital, los negocios y los paraísos fiscales. El guión concede alguna oportunidad y, entre trago y trago, alcanzamos el final, sobre todo por el empeño de Michael Rispoli y su complicidad con Depp.
No sé... he visto otras películas sobre las santificadas corporaciones de prensa y comunicación, designadas como baluarte de la democracia, la libertad, la verdad, el pluralismo, bla, bla, bla y esta cinta me parece mucho más significativa, aguda y acertada, sin atribuir tanta gloria ni grandeza en la tarea y alejada de la autoproclama. Lo hace hasta con gracia e ironía, otorgando el mérito a tres personajes ordinarios y apartados del estereotipo de los ejemplares, nobles, adecuados, respetables... periodistas.
Cierto que la película no se muestra firme en muchos aspectos, pero la historia se sostiene, a los personajes se les coge cariño, nos llegamos a reir con alguna de sus secuencias cómicas -no todas- e incluso uno llega a sentirse a gusto en su cochambroso salón bebiendo ron barato. Acabas apostando, como lo hacen ellos, por su precariedad ante la avaricia del capital, los negocios y los paraísos fiscales. El guión concede alguna oportunidad y, entre trago y trago, alcanzamos el final, sobre todo por el empeño de Michael Rispoli y su complicidad con Depp.
No sé... he visto otras películas sobre las santificadas corporaciones de prensa y comunicación, designadas como baluarte de la democracia, la libertad, la verdad, el pluralismo, bla, bla, bla y esta cinta me parece mucho más significativa, aguda y acertada, sin atribuir tanta gloria ni grandeza en la tarea y alejada de la autoproclama. Lo hace hasta con gracia e ironía, otorgando el mérito a tres personajes ordinarios y apartados del estereotipo de los ejemplares, nobles, adecuados, respetables... periodistas.