Una serie maravillosa que adapta, una vez más, una novela sacada a su vez de una mansión real.
El terror es sutil, no está para hacerte gritar, está para sentir la angustia y la inquietud que llevó a esa familia a vivir con esos traumas.
Son los problemas de ir a vivir a una casa que a su vez está viva y que usa a las almas que ya la alimentaron para ganar más almas que la sustenten.
Es imposible conocer bien esta casa sin saber sus muchas versiones, así que recomiendo ver desde The Haunting a La Mansión Winchester y pasando, sin duda, por Rose Red. La misma casa con diferentes nombres Y la misma esencia maldita.
No son alucinaciones de una madre enferma, no son niños moviendo los picaportes, si piensan eso, necesitan ver de nuevo la serie. Es la casa, siempre la casa.