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Argentina Argentina · Buenos Aires
Voto de AQUILANO:
10
Drama Habiendo sobrevivido más que sus contemporáneos, el anciano "Lucky" se encuentra en el tramo final de su vida, donde se verá impulsado a un viaje de autodescubrimiento. (FILMAFFINITY)
2 de abril de 2018
19 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
No creo que pueda agregar mucho más a las acertadas críticas que han hecho ya otros diez usuarios y que lo dicen todo, como por ejemplo la de Javi Rojo, agregando datos inéditos sobre la vida de ese gran actor que fue Harry Dean Stanton.
Sólo voy a decir que se ha despedido con una obra que parece pequeña pero que su contenido e interpretaciones la tornan gigantesca. Ese es el testamento de Stanton, rostro duro pero con perceptibles pizcas de sorna e ironía, que hemos podido disfrutar desde antiguo en producciones de excelencia, casi siempre en segundo plano y sin las estridencias del ego.
Creo que la película no está dirigida para el gran público que quizás busca divertimento a la medida de lo que hoy nos ofrece la cinematografía norteamericana. Muchos pueden argüir que les resultó tediosa, pues engañosamente nos sumerge en un paisaje árido insinúandonos que México está muy cerca de un lugar donde aparentemente no pasa nada. En ese horizonte, repetido en todo el desarrollo luego de cortes en negro, se nos presenta el desvencijado Lucky, quien con profundidad filosófica confiesa "tengo miedo", pues percibe, con la sabiduría que dan los años, el ocaso de su existencia. El resto de los personajes, encarnados muchos de ellos por amigos en la vida real de Stanton, conforman un marco ideal para que este tremendo intérprete dé rienda a sus conmovedoras y profundas reflexiones que nos ponen los pelos de punta, sin dejar de incluir la inesperada entonación de "Volver, volver" acompañado improvisadamente por una orquesta de mariachis, que llega a conmover hasta las lágrimas.
No puedo dejar de destacar también al director Lynch, quien con una maestría resaltable lleva adelante su opera prima, cuando estaba destinado solo a asumir uno de los roles secundarios.
Por eso, "chapeau", actor con mayúsculas. Nos quedará el legado de tu arte, no reconocido (como es de costumbre con los grandes artistas) por los Globos de Oro ni los Oscar, y también tu escena de despedida para indicarnos que la vida es un largo camino que debe ser enfrentado en su final con una sonrisa.
AQUILANO
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