Soy un jovenzuelo de veinte años. Por mucho que me empeñe, hay ciertas historias que sencillamente no me interesan a mi edad. "Julie y Julia" es una de ellas. Comulgo con la crítica de Sodapop, por muy bien actuado, montado o incluso narrado que me pareciera, no puedo forzar un interés por un tipo de cine que no llama mi atención ni me plantea conflictos que vea reflejados en mi día a día. Y lo que está claro es que yo no soy el público objetivo de esta película.

Pues bien, aquí va la sorpresa: me ha gustado. Iba pensando qué me aburriría y debería aprobarla por los pelos por sus méritos específicos para el público al que va dirigida, pero "Julie y Julia" me ha sorprendido al meterme en la narración y hacerme sentir simpatía por sus dos protagonistas, e incluso (asómbrense) interés por lo que les ocurre.

¿Cuál es el motivo de este giro de los acontecimientos? Sinceramente, no lo sé. Creo que tiene que ver con mi forma de ver el cine. Y es que una de las pocas cualidades, tal vez la única, que creo poseer a la hora de enfrentarme a cualquier obra es mi capacidad de empatizar. No me veréis memorizar nunca hasta el último fotograma, nunca podré analizar detalles concretos sin abstraerme del conjunto, pero de algún modo, y esto me enorgullece como espectador de cine, puedo encontrarle el punto a cualquier personaje, sean cuales sean sus motivaciones y siempre y cuando haya un desarrollo competente de por medio.

Y en "Julie y Julia" tenemos una descripción de personajes que en teoría me tendría que dejar excluido. Tanto Meryl Streep como Amy Adams interpretan mujeres con una cierta madurez con problemas específicos de gente de su edad. Pero es que además se suman unas aficiones un poco prohibitivas, y es que la admiración casi obsesiva de Julie por Julia o el empeño de la segunda por sacar un libro de recetas no me parecen precisamente la alegría de la huerta.

Pero lejos de mantenerme al margen, la película me hace sentir una cierta conexión con ellas, si no específicamente por aquello que persiguen, sí por el porqué. A mí no me interesa lo más mínimo la cocina y desde luego nunca se me pasaría por la cabeza plantearme retos culinarios de la magnitud que realizan las dos protagonistas, pero sí que puedo entender cómo una persona que vive con pasión este mundillo llega a obsesionarse de la forma que se muestra aquí. Entiendo también que estén en una etapa en la que necesiten reafirmarse de alguna forma, comenzar nuevos proyectos, arriesgarse y salir de la rutina. Y eso me implica como espectador, más allá de que el objeto de su interés me sea indiferente.

"Julie y Julia" me ha sorprendido. Ha sido capaz de captar mi atención, no me ha aburrido en ningún momento a pesar de mi nula predisposición (y son dos horas), e incluso en alguna escena suelta me ha hecho reír un poco. Le doy un 7, que es una nota bastante más alta de lo que pensaba que le iba a dar. Y ojo, que podría haber sido más de no ser por unos fallos que comento en spoiler.