Haz click aquí para copiar la URL
Irlanda Irlanda · Innisfree
Voto de Ferdin:
7
Drama El dictador sudamericano Santos Banderas es un hombre solitario y amargado, que vive rodeado de intrigantes y aduladores. Las fuerzas rebeldes están cada vez mejor organizadas, y el hecho de que Santos sea el responsable de la muerte del hijo de un pobre indígena hace estallar las iras del pueblo, que convierte en un símbolo los restos del chico. (FILMAFFINITY)
28 de abril de 2017
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
La historia de la literatura española está plagada de obras maestras, que no siempre se han sabido (o no se han querido) aprovechar para el cine. Es cierto que nada obliga a hacer películas como churros sobre libros, entre otras cosas porque suele salir bien pocas veces, pero...es algo que está ahí.

"Tirano Banderas. Novela de tierra caliente" (1926), de don Ramón del Valle-Inclán, es uno de esos geniales clásicos de obligada lectura. Uno de los títulos fundacionales de la llamada "novela de dictador" que tan grandes libros ha dado, fundamentalmente en Iberoamérica, y en ella el gallego unió su talla como literato a sus experiencias vitales en América, fundamentalmente en México, las cuales le dieron un buen conocimiento del terreno y del habla (la novela está plagada de mexicanismos, argentinismos y etcétera), por lo que "Tirano Banderas" está ambientada en un país hispanoamericano que es todos a la vez, y ninguno en particular.

La adaptación cinematográfica no es perfecta y queda lejos de la genialidad del libro, pero aún así es una película esforzada y disfrutable, tan extraña, desquiciada y esperpéntica como la novela de Valle-Inclán. La atmósfera agobiante de manigua y la desconfianza hacia el generalito son creíbles, así como encomiables son el diseño de producción, vestuario, localizaciones... (merecidos esos 6 Goyas). Como traslación al cine y pese a la dificultad resulta bastante fiel en ocasiones, con numerosos pasajes idénticos y frases similares, aunque por desgracia también se pierde algo difusamente, y, como no podía ser de otra manera siendo española, se recrea innecesariamente en la homosexualidad de dos de los personajes.

Mención especial para uno de mis actores predilectos, Gian Maria Volonté, quien encarnando a Santos Banderas, el Tirano que masca coca, resulta tan inquietante, magnético y soberbio como de costumbre, en uno de sus últimos papeles pues moriría al año siguiente. Como en el libro, su totémica, cruel y negra figura planea sobre todo, esté presente o no.

¡Chac, chac!
Ferdin
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow