"El nuevo mundo" es, en principio, una nueva versión de la historia real/leyenda de Pocahontas y John Smith, supuestamente un intento de acercarse a la misma de forma más verídica, histórica y "real" que por ejemplo en las películas de Disney; en este caso, dirigida por Terrence Malick, director conocido por sus largometrajes lentos, preciosistas y de profundo significado, y por su peculiar personalidad, pues apenas aparece en público y, además, en 40 años de carrera sólo ha realizado 6 películas y se tiró dos décadas sin dirigir.

Quien dice lento, preciosista y de profundo significado dice también pretencioso. Malick siempre ha sido pretencioso (aunque me gustaron "Malas tierras" y "La delgada línea roja", aunque hay que verlas bien preparado, sabiendo lo que vas a encontrarte) , así que qué se le va a hacer. Pues esta película no iba a ser menos: es pretenciosa a más no poder. Malick quiere introducir cincuenta mensajes sobre la colonización, el paraíso perdido, el mestizaje, el buen salvaje, la crítica a la cultura occidental, la posibilidad de la no violencia, la paz, el diálogo, el new age en el siglo XVII, etc, etc. Ello es loable, si no fuera porque intenta abarcar tantos temas que no explica casi nada, teniendo en cuenta que se recrea en los silencios, los paisajes maravillosos, la música y los movimientos lentos.

Y es una pena porque la película empieza bastante bien con la llegada de los ingleses a las costas de Virginia en 1607, reflejando muy bien cómo era el entorno casi virgen y cómo eran las sensaciones de los colonos mientras la suena la banda sonora del siempre estupendo (aunque algo repetitivo) James Horner.

Pero no, pronto queda claro que la película se va a limitar a Colin Farrell con cara de estreñido todo el tiempo, silencios sepulcrales, recreación del entorno natural, miradas que supuestamente lo dicen todo e indios cándidos e imbéciles que estaban esperando a los ingleses debajo de los helechos aspirando tabaco en un poblado que parece un camping. Desde luego que los colonos europeos no llegaron a América y se pusieron a jugar al badminton con los indios, pues buscaban medrar y sacar provecho de todo con codicia, pero los nativos tampoco eran unos seres inocentes que no conocían la maldad. Ah, se me olvidaba el momento "Bailando con Lobos" con el personaje de Farrell en plan monólogo interior (o pensamientos, o escribe un diario) con frases noñas y planos a cada cual más new age.

Lo mejor: la fotografía, los maravillosos paisajes, la banda sonora y algunas interpretaciones (casualmente, las de menos minutos) como las del gran Christopher Plummer (la veteranía es un grado) o Christian Bale, quien tampoco ha de esforzarse mucho, la verdad.

Lo peor: la exacerbada pretenciosidad. Lo ñoño y tendencioso de muchas ideas e imágenes expuestas. Lo vacío de su contenido. La sucesión de acontecimientos atropellados y sin explicación. La lentitud (133 minutos que parecen 170) y lo sonrojante de algunos diálogos. Colin Farrell, quien siempre va a parecer un poli macarra de Boston o un tío de barrio de Dublín o Londres.



Desde luego, para una historia ambientada en la América colonial, con mensajes y reflexiones sobre el precio de la colonización europea, me sigo quedando con "La misión" (1986), que aunque algo lenta, sigue siendo preciosa a todos los niveles e insuperable.