Henry Chinaski, el alter ego de Charles Bukowski, era un perdedor. Igual que John Rambo, el alter ego de Stallone, que llega a un pueblecito de montaña licenciado de una guerra que no le dejaron ganar. Lo que ocurre es que, al mismo tiempo que se granjea los odios de todos los agentes del orden con los que se cruza, los odios de los agentes del orden de ese pueblo, Rambo se hace con las simpatías del público soberano. Un público que, casi en pleno, se ha mostrado fiel a Stallone y a John Rambo, o viceversa, durante más de treinta años.
Primera entrega de una de las sagas más longevas de la industria del Cine, no es poco lo que se le debe a ACORRALADO. Como no es poco lo que se le debe a su personaje protagonista, un perdedor que, hace ya más de tres décadas, comenzó a recorrer una senda de la que aún no se ha apartado, para solaz y regocijo de sus millones de incondicionales y agonía y tormento de los malvados.