Quizá hubiera sido mejor ahorrarse la introducción escrita a la película; seguro que a los espectadores no nos hubiera importado poner algo más de nuestra parte. Como tampoco nos cuesta imaginar, por ejemplo, a la protagonista como su madre la trajo al mundo junto a los otros nudistas. Una protagonista, por cierto, que cuando simula ser una actriz muy buena, resulta pésima.
RETRATO DE UNA OBSESIÓN es una interesante cinta que parece nacida de un delirio de Ramón Gómez de la Serna y que, en ocasiones, es también como un anuncio de Jean Paul Gaultier. Robert Downey Jr, que tiene un carisma a prueba de bala, está correcto como un Teen Wolf con la voz de Joe Black; y Jane Alexander, que estuvo nominada por Kramer contra Kramer, sigue demostrando su solvencia ahora que ya peina canas.
Es difícil saber cuál era el secreto de Diane Arbus, de personalidad tan compleja y rara. Y supongo que era la Kidman, doña Nicole, la más indicada para dejarnos con la duda, tras haberse doctorado interpretando a esa otra rara, a esa otra artista compleja que fue la novelista Virginia Woolf.