Vaya birria de película. ¿Esta es la famosa «The Rock»? ¿Esta es una de las mejores cintas de acción de la historia? ¿Alguien puede ver «La Roca» sin que se sonroje de vergüenza ajena? No es una vergüenza ajena demasiado lacerante, no exageremos, pero indudablemente su visionado produce el efecto de risa burlona y cara de incredulidad.

No empezaré con lo típico de si Michael Bay esto o Michael Bay lo otro. No, este hombre tiene su estilo y, a su estilo, ha hecho lamentables, aceptables y buenas películas, así que no me mueve ninguna manía personal ni quiero erradicarlo de la faz de la tierra. Eso sí, dan ganas de lanzarle, no tomates, sino una piedra bien gorda por haber hecho «La Roca», ejemplo de cine de acción ridículo, absurdamente grandilocuente y americanizado en el peor sentido de la palabra: el discurso del presidente de los Estados Unidos, las citas a Washington y Jefferson, siempre el ejército en medio y la patria como asidero común de unos y otros. Todo acompañado de musiquita reiterativa que no nos deja respirar, cámaras lentas justo cuando no se necesitan y muchos tiros y explosiones. Claro, es lo que tiene la acción, no voy a quejarme de los muertos, aunque sí lo haré de todo ese ambiente de historieta anti adrenalítica y esperpéntica que persigue a las escenas y diálogos. Porque, además, como diría el jefe de Stanley, ¡que «malditos» diálogos!

Acepto la licencia de que un señor de sesenta años y tras treinta en una cárcel esté tan atlético, sólo y exclusivamente porque se trata de Sir Sean Connery y comprendo que cualquier director quiera trabajar con él. De acuerdo. No acepto que Ed Harris se difumine, incluso desaparezca durante una buena pare del aburrido comienzo, entre tantas pedradas argumentales; creo que su personaje merecía algo más que aparecer únicamente para dar la misma orden de «a por ellos». Tampoco transijo con los pocos minutos de Michael Biehn, quien hubiera sido mil veces mejor héroe que Nicolas Cage. Que no, de verdad, que no tengo nada en contra del Cage, pero admitamos que, aún no haciéndolo mal en su papel, a este hombre le falta testosterona, carácter y presencia para ser líder.

Muy decepcionante. Con otros actores de menos peso, las birria sería completa. Esta vez no entres en Alcatraz.