Y algunos le aplauden: "Obra maestra", "cinco César", "divertida", increíble.

Cuando la misma persona es director, guionista y protagonista lo más probable es que sea un narcisista o exhibicionista.
Hace poco vi "Don Jon" con Gordon-Levitt en esas tres facetas y a esa película le pasa lo mismo que a ésta, su ego abarca todo. Todas las escenas con Guillaume acaparando cámara y situación.

Ya es difícil sostener un monólogo en teatro. Tiene que ser realmente bueno para que el público no decaiga. En cine no puede haber monólogos y aquí te cansas de Don Guillaume en menos de cinco minutos. Encima interpreta varios papeles, hay que soportarle por duplicado: "¿No querías caldo? Pues entonces toma dos tazas": si Guillaume empachaba resulta que la mayor parte del film lo tienes por partida doble en la misma imagen.

Darle premios, puntos o elogios a este bodrio es inflar aun más al presumido que va a reventar creyéndose un maestro cuando en realidad no vale nada, es inaguantable.

No sé ni cómo llegué hasta el final, merecería yo un premio por eso, realmente lo hice para poder escribir esta crítica.

Guillaume Galliene, un plasta de mucho cuidado.