Tras el patinazo de 'Un método peligroso' se esperaba con ansia la nueva propuesta de Cronenberg, y más después de unos teasers que te dejaban los dientes largos. Lamentablemente, la espera ha sido el balde, ya que el director de la espectacular 'Una historia de violencia' ha firmado un ladrillo insoportable lleno de monólogos sin sentido sobre el capitalismo, unos monólogos que se suceden porque sí y sin ninguna razón de ser. Al suceder prácticamente toda la cinta dentro de la limusina, los personajes van entrando y saliendo, unos entran para hablar, y otros para tener sexo con el amigo Pattinson, un multimillonario que va de camino al barbero, pero que ve como la visita del presidente a la ciudad hace que llegar a la barbería sea toda una odisea.

Cronenberg filma la cinta como lo hacía en los 80, con esa fotografía típica de él, y con esos cromas algo cutres a los que nos tiene acostumbrado el creador de Videodrome. Por su parte, Pattinson no está mal, pero el personaje es tan plano que hace imposible que empatices con él. además en la larguísima escena que comparte con el gran Paul Giamatti, éste se lo come con patatas.

En definitiva, una cinta torpe, soporífera y pretenciosa, que posiblemente sea lo peor que ha hecho Cronenberg en su ya larga carrera. Las escenas de exteriores son realmente patéticas e indignas de un realizador de su categoría. Así que eso, os recomiendo que no perdáis el tiempo.

Lo mejor: Lo bien que se conserva Juliette Binoche.
Lo peor: El tedio que se apodera de uno cuando ve la cinta.

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