La primera vez que vi anunciada esta serie en la televisión pensé: Piratas, otra historia mas de piratas pero hecha en España, quizás sea algo diferente a lo que nos tiene acostumbrados Hollywood. Nada mas lejos de la realidad. Los guionistas han basado su historia en una mezcla predecible de Piratas del Caribe con brochazos sacados del libro: "la isla del tesoro" del genial Stevenson. Algo así como un copia-pega que provoca sonrojo. No hay mas que ver al Jack Sparrow español, encarnado por Óscar Jaenada, que a veces no se sabe bien si estamos ante un aprendiz de Johnny Deep hispano o un empalagoso Casanova, que se pone en acción en cuanto su vista se posa en la mirada delicada de la primera damisela que se le pone a tiro, con la "misión caritativa" de rescatarla de los brazos de un marido siempre soso y aburrido, para poner un poco de emoción a su vida. Está visto que el pirata moderno responde al prototipo de Jack Sparrow. No busquemos mas perfiles porque éste es el que se lleva ahora. La originalidad brilla por su ausencia.

Otra baza de los guionistas es poner a Carmen, una pirata despampanante interpretada por Pilar Rubio, quizás con la idea de captar mayor cantidad de público masculino, y asegurar así el éxito de la serie. Carmen, la hija del pirata Bocanegra (copia barata del pirata Barbosa), es una descarada y pobre imitación de Morgan Adams, también hija de un capitán pirata en la película: "La isla de las cabezas cortadas". ¿Coincidencia o falta de originalidad?.

Me ha sorprendido el discreto papel que se le ha dado a una actriz llamada Silvia Abascal. Creo que se podía haber sacado mas de ese personaje. Le sobran aptitudes, pero cuando el guión hace aguas... ya se sabe.

Para rematar este disparate en forma de serie, añadimos a un niño travieso con unos diálogos mas que ingeniosos, difíciles de creer, que desafía a los piratas a golpe de espada; (¡ay, si Barba Negra levantara la cabeza se iban a acabar las tonterías de grumetes de agua dulce!), tenemos una serie a la que tuvieron que poner, con razón, un fin precipitado, dada la escasa audiencia que tenía.

Lo único salvable de la serie, es la música de Víctor Reyes y los parajes naturales de Galicia.