Interesante película del director Stephen Milburn Anderson, que nos cuenta la historia de como un hombre corriente Sam Phelan (Chris Hemsworth) le cae del cielo un maletín lleno de dinero que golpea contra el capó de su coche. Éste, agobiado por la hipoteca y las deudas opta por quedarse con la pasta para vivir la vida que siempre soñó al lado de su mujer (Victoria Profeta). Sin embargo, la alegría les va a durar poco, cuando un avispado, extraño y siniestro Pyke Kubic (Sean Bean) logra dar con ellos y con su dinero. Lo malo es que la pareja ha gastado parte del botín y tendrán que devolverle hasta el último centavo si no quieren hacer enfadar al extraño mafioso que se ha colado en su casa.

Con este argumento, sin duda alguna, estamos ante una película que huye de las explosiones y la acción sin límite, para sumergirnos en una historia de ritmo pausado, pero efectivo, que ademas entretiene; siempre bajo la batuta de un brillante Sean Bean, que sabe llevar muy bien su papel de mafioso, pervirtiendo con sus malas artes a sus dos sisadores accidentales, para mostrarnos una historia llena de suspense, mezclada con algo de emoción y alguna carcajada espontánea provocada por la excéntrica personalidad de Pyke Kubic (Sean Bean), que está decidido a cobrarse hasta el último centavo que se han gastado esta singular pareja.