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Voto de Anibal Ricci:
4
Thriller Simon (James McAvoy), un empleado de una casa de subastas, se asocia con una banda criminal para robar una valiosa obra de arte. Pero, tras recibir un golpe en la cabeza durante el atraco, descubre, al despertarse, que no recuerda dónde ha escondido el cuadro. Cuando ni las amenazas ni la tortura física logran arrancarle respuesta alguna, el líder de la banda (Vincent Cassel) contrata a una hipnoterapeuta (Rosario Dawson) para que le ayude a recordar. (FILMAFFINITY) [+]
22 de mayo de 2013
16 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si “Trainspotting” (1996) nos planteaba un mensaje simple para dar respuesta al intrincado mundo de las drogas, eso carecía de importancia debido a que se trataba de una película de cinematografía delirante al ritmo de muy buenas bandas musicales, que funcionaba al cien por ciento y entretenía plenamente durante su hora y media de duración.

“Trance” (2013), al igual que Trainspotting, recién al final de sus 100 minutos nos entrega las pistas que supuestamente justificarán su historia: Elizabeth (la hipnoterapeuta) le pregunta a Franck (el antagonista): ¿Quieres recordar o quieres olvidar?

Este “malo de la película” deberá elegir entre seguir la filosofía de Platón (venimos a esta vida a “recordar”), camino más luminoso y curiosamente encarnado en la historia del “malo”, o por otro lado, si prefiere seguir el camino de “olvidar”, más oscuro y encarnado en el personaje aparentemente “bueno”.

Esta pregunta primordial es bastante compleja, pero Danny Boyle o más bien sus guionistas deciden responderla de la peor manera. Se trata de una cinta enredada tratando de marearnos en el mundo de la hipnosis, resultante de un montaje paranoico. De inmediato se percibe el escaso manejo del tema por parte de su director. Intenta extraviarnos con flashes de videoclip, algunos bastante desafortunados, que nos hacen pensar en la real necesidad de haber filmado este largometraje.

Se echa de menos la maestría de David Lynch para narrar el mundo de los sueños, e incluso la interesante tesis que nos planteaba Christopher Nolan en “Inception” (2010) respecto de la posibilidad de “plantar” una idea en la memoria de un ser humano, imágenes notables, las de ambos directores, que potencian la complejidad narrativa de sus películas.

A “Trance” le hace falta atmósfera. No es más que un metralletazo de fotografías de escasa profundidad estilística y temática.
Anibal Ricci
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