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Voto de Ferdydurke:
3
6,6
9.231
Drama. Comedia
Ramón, padre de familia treintañero, vive para el trabajo hasta que su cuerpo empieza a fallar. Diagnosticado de esclerosis múltiple, todos los pronósticos parecen indicar que en un año no será capaz de caminar ni cien metros. Ramón decide entonces plantarle cara a la vida participando en la prueba deportiva más dura del planeta. Con la ayuda de su mujer y el gruñón de su suegro, Ramón inicia un peculiar entrenamiento en el que luchará ... [+]
11 de noviembre de 2016
69 de 117 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo del Ironman siempre me ha parecido una brutalidad hermosa, por imposible, como una de esas cosas que me gustaría hacer, pero sin haber pasado por el previo y tremendo entrenamiento, tormento cruel, es decir, llegar y besar el santo.
Tener la esclerosis múltiple debe ser horrible. Si ya de por sí la vida es dura de cojones, si además le añades una enfermedad difícil, pues ya ni te cuento.
Esta película intenta relatar estos dos asuntos. Y la cosa queda a medias, bastante pobre y superficial. Hubiera sido mucho mejor un documental en el que se hablara de cualquiera de los dos aspectos o de la relación entre ambos en este caso concreto. En cambio, aquí han optado por la ficción de la situación. Y no se han aclarado. Han ido dando tumbos del principio al final. Felicidad-Me muero-Ironman. Los dos o tres cambios bruscos del personaje están presentados a lo bruto, de tal manera que el espectador no entiende nada y se pregunta si es tan así en la realidad, si se pasa de parecer que no puedes ni salir de casa, te vas a quedar ciego y sordo, y al día siguiente te pones a entrenar para correr maratones y a nadar, cual delfín, en el ancho mar, no sé, no creo yo.
Y también se producen bandazos en el tono. Pasan de comedia familiar con toques de drama a tragedia espantosa en el horizonte, de comedia banal y sin (casi) gracia a historia de superación a... popurrí de buenos sentimientos y bastante confusión. Pero todo plano y limado, una convención afectada y mansa que demuestra cierto buen gusto, cierto decoro y oficio, pero que renuncia de lleno a todo atisbo de riesgo, hondura o penetración en cualquiera de los temas planteados.
La idea parece la de siempre. Debes luchar y no rendirte. Vale. Lo obvio, mensaje vacío y consabido. Pero ese aspecto tampoco está desarrollado ni suficientemente explicado. Ni se establece relación entre la enfermedad y el entrenamiento, apenas nada. Ya digo, es la suma de varios clichés y géneros juntados a la buena de dios, unidos por un buenismo inofensivo y una endeblez general. Quizás me quede con el buen detalle de no elegir el tremendismo como recurso lacrimoso, nada más que solo un poco, ni exagerar demasiado los momentos más sensibleros. Son pudorosos en comparación con otros engendros.
Prácticamente no se explica nada. Por ejemplo:
- El trabajo. Dos o tres escenas intercaladas sin mucho sentido y a correr.
- Sus caídas, brotes o resurrecciones. No se sabe bien por qué pasa de un estado a otro, ni cuánto tiempo, ni nada.
Tener la esclerosis múltiple debe ser horrible. Si ya de por sí la vida es dura de cojones, si además le añades una enfermedad difícil, pues ya ni te cuento.
Esta película intenta relatar estos dos asuntos. Y la cosa queda a medias, bastante pobre y superficial. Hubiera sido mucho mejor un documental en el que se hablara de cualquiera de los dos aspectos o de la relación entre ambos en este caso concreto. En cambio, aquí han optado por la ficción de la situación. Y no se han aclarado. Han ido dando tumbos del principio al final. Felicidad-Me muero-Ironman. Los dos o tres cambios bruscos del personaje están presentados a lo bruto, de tal manera que el espectador no entiende nada y se pregunta si es tan así en la realidad, si se pasa de parecer que no puedes ni salir de casa, te vas a quedar ciego y sordo, y al día siguiente te pones a entrenar para correr maratones y a nadar, cual delfín, en el ancho mar, no sé, no creo yo.
Y también se producen bandazos en el tono. Pasan de comedia familiar con toques de drama a tragedia espantosa en el horizonte, de comedia banal y sin (casi) gracia a historia de superación a... popurrí de buenos sentimientos y bastante confusión. Pero todo plano y limado, una convención afectada y mansa que demuestra cierto buen gusto, cierto decoro y oficio, pero que renuncia de lleno a todo atisbo de riesgo, hondura o penetración en cualquiera de los temas planteados.
La idea parece la de siempre. Debes luchar y no rendirte. Vale. Lo obvio, mensaje vacío y consabido. Pero ese aspecto tampoco está desarrollado ni suficientemente explicado. Ni se establece relación entre la enfermedad y el entrenamiento, apenas nada. Ya digo, es la suma de varios clichés y géneros juntados a la buena de dios, unidos por un buenismo inofensivo y una endeblez general. Quizás me quede con el buen detalle de no elegir el tremendismo como recurso lacrimoso, nada más que solo un poco, ni exagerar demasiado los momentos más sensibleros. Son pudorosos en comparación con otros engendros.
Prácticamente no se explica nada. Por ejemplo:
- El trabajo. Dos o tres escenas intercaladas sin mucho sentido y a correr.
- Sus caídas, brotes o resurrecciones. No se sabe bien por qué pasa de un estado a otro, ni cuánto tiempo, ni nada.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
- Los colegas del hospital. Parecido. Son utilizados y olvidados sin mucho criterio. A través de dos de ellos quieren establecer las dos opciones/reacciones que se pueden dar ante ese hecho desgraciado, sea, el optimismo y la bondad pase lo que pase versus el cinismo y la verdad caiga quien caiga. Pero sus compañeros caen o están muy mal y él cada vez está mejor y no se sabe nunca el porqué. Tampoco lo aclaran ni parece que les importen esos seres enfermos más que como escuálido entorno, burdo y romo en su falta de consistencia o entidad argumental.
- Sobre la preparación del Ironman: le vemos hacer unas carreras y salir del mar. No pido la minucia del día a día, claro, pero para preparar, incluso estando sano como una manzana, una prueba de ese semejante calibre se necesita una dedicación de monje, una disciplina animal y una fuerza apabullante, no valen medias tintas. Y aquí parece más bien dominguero de paseo.
- Ni se habla del dinero, de las posibles ayudas, bajas, del trabajo de ella, de la pensión del padre, de la situación económica en general, cero también en ese sentido tan crucial y decisivo, que condiciona de forma tan evidente todo lo demás.
En definitiva, sales como entraste, igual de ignorante, si lo eras, que antes, con ninguna luz sobre ningún asunto, y además confundido por sus varias contradicciones, por ese vaivén entre la tragedia ya mismo y la salud de hierro de un atleta de élite, entre la comedia tonta y el dramón a tumba abierta.
Al final aparece un rótulo en el que se señalan las innumerables hazañas del protagonista. Pero añaden que eso no importa, que lo que importa en verdad es que le dijeron que no podía y sí pudo, que eso quería contar la película, hablar de las dificultades y discriminaciones y depresiones que sufren estos enfermos. Volvemos a lo mismo, si eso se pretendía, por qué no nos lo mostraron y optaron, en cambio, por la banalidad y el escapismo, es decir, lo que nos narran casi elude por completo esos aspectos más sórdidos o negativos, esas dificultades de todo tipo, casi que es un camino de rosas más bien, más allá, obviamente, de la tristeza lógica y terrible que supone enfrentarse a esa situación tan complicada y dolorosa. Y no digo que hicieran espectáculo morboso, líbreme dios, solo que representaran la que dicen que fue su intención y que esta no se quedara solamente en un enunciado que suena, por lo visto, ajeno completamente a lo que realmente es o cuenta/pasa en la película.
Finalmente, se quiere poner de ejemplo su caso como esperanza y motivación para todos los demás, lo cual, obviamente, es estupendo, pero es que cada caso es diferente y él, por lo que se ve como resultado final, pudo tener acceso a unas posibilidades y recursos, tanto físicos como materiales o temporales, que, supongo, la mayoría en su parecido caso no tienen, por lo que tal ejemplo queda diluido, cosa distinta hubiera sido si nos hubieran relatado lo que su caso tiene de común exactamente con los demás y a partir de ahí, sí, poder servir de enseñanza o ejemplo, justo lo que no hicieron. Como ha quedado en este caso, es una referencia hueca, de típica película de aires grandilocuentes y moralistas y de alma trivial y acomodaticia, más comercial que concienciada.
Por otro lado, el voluntarismo ciego acarrea desastres, tanto como su opuesto, la dejadez absoluta; el empeño, para ser sano y con sentido, siempre debe estar acompañado por un contexto favorable y de sentido común, por medida y proporción, una adecuado equilibrio. Lo que en un caso puede ser bueno, en otro, tal vez o muy seguramente contraproducente.
Como ficción que te muestra un mundo que desconoces y del que quieres aprender algo, nada aporta, como entretenimiento de humor y drama, muy poco, paupérrimo. Solo la educación de una narración contenida, el esfuerzo de los simpáticos actores y ciertos apartados técnicos como la fotografía o el montaje que cumplen con buena nota evitan el martirio y permiten que sea solo un bluff que no molesta.
- Sobre la preparación del Ironman: le vemos hacer unas carreras y salir del mar. No pido la minucia del día a día, claro, pero para preparar, incluso estando sano como una manzana, una prueba de ese semejante calibre se necesita una dedicación de monje, una disciplina animal y una fuerza apabullante, no valen medias tintas. Y aquí parece más bien dominguero de paseo.
- Ni se habla del dinero, de las posibles ayudas, bajas, del trabajo de ella, de la pensión del padre, de la situación económica en general, cero también en ese sentido tan crucial y decisivo, que condiciona de forma tan evidente todo lo demás.
En definitiva, sales como entraste, igual de ignorante, si lo eras, que antes, con ninguna luz sobre ningún asunto, y además confundido por sus varias contradicciones, por ese vaivén entre la tragedia ya mismo y la salud de hierro de un atleta de élite, entre la comedia tonta y el dramón a tumba abierta.
Al final aparece un rótulo en el que se señalan las innumerables hazañas del protagonista. Pero añaden que eso no importa, que lo que importa en verdad es que le dijeron que no podía y sí pudo, que eso quería contar la película, hablar de las dificultades y discriminaciones y depresiones que sufren estos enfermos. Volvemos a lo mismo, si eso se pretendía, por qué no nos lo mostraron y optaron, en cambio, por la banalidad y el escapismo, es decir, lo que nos narran casi elude por completo esos aspectos más sórdidos o negativos, esas dificultades de todo tipo, casi que es un camino de rosas más bien, más allá, obviamente, de la tristeza lógica y terrible que supone enfrentarse a esa situación tan complicada y dolorosa. Y no digo que hicieran espectáculo morboso, líbreme dios, solo que representaran la que dicen que fue su intención y que esta no se quedara solamente en un enunciado que suena, por lo visto, ajeno completamente a lo que realmente es o cuenta/pasa en la película.
Finalmente, se quiere poner de ejemplo su caso como esperanza y motivación para todos los demás, lo cual, obviamente, es estupendo, pero es que cada caso es diferente y él, por lo que se ve como resultado final, pudo tener acceso a unas posibilidades y recursos, tanto físicos como materiales o temporales, que, supongo, la mayoría en su parecido caso no tienen, por lo que tal ejemplo queda diluido, cosa distinta hubiera sido si nos hubieran relatado lo que su caso tiene de común exactamente con los demás y a partir de ahí, sí, poder servir de enseñanza o ejemplo, justo lo que no hicieron. Como ha quedado en este caso, es una referencia hueca, de típica película de aires grandilocuentes y moralistas y de alma trivial y acomodaticia, más comercial que concienciada.
Por otro lado, el voluntarismo ciego acarrea desastres, tanto como su opuesto, la dejadez absoluta; el empeño, para ser sano y con sentido, siempre debe estar acompañado por un contexto favorable y de sentido común, por medida y proporción, una adecuado equilibrio. Lo que en un caso puede ser bueno, en otro, tal vez o muy seguramente contraproducente.
Como ficción que te muestra un mundo que desconoces y del que quieres aprender algo, nada aporta, como entretenimiento de humor y drama, muy poco, paupérrimo. Solo la educación de una narración contenida, el esfuerzo de los simpáticos actores y ciertos apartados técnicos como la fotografía o el montaje que cumplen con buena nota evitan el martirio y permiten que sea solo un bluff que no molesta.