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Voto de Ferdydurke:
4
2014
Documental, Intervenciones de: Sebastião Salgado
8,1
9.907
Documental
Desde hace cuarenta años, el fotógrafo Sebastião Salgado recorre los continentes tratando de captar los cambios de la humanidad. Ha sido testigo de grandes acontecimientos que han marcado la historia reciente: conflictos internacionales, hambruna, éxodos, etc. Sin embargo, ahora decide visitar territorios vírgenes con grandiosos paisajes y fauna y flora exóticas. Se trata de un gran homenaje fotográfico a la belleza del planeta. ... [+]
15 de noviembre de 2014
41 de 72 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pues sí, esta es una de esas; de las que acaban, nos miramos todos y asentimos complacidos, mejorados: hay que ver qué película tan triste y bonita.
Repleta de bellos foto/gramas; de serenidad, educación y dolor.
Es Salgado con su mirada. Y Wenders detrás, arropando y dirigiendo.
Un repaso somero por la vida y el trabajo del gran fotógrafo. Comenzamos con una mina, espectacular y horriblemente hermosa, y después nos paseamos por el ancho mundo; desde Siberia hasta Papúa o Iberoamérica, sin olvidar Europa.
Prima el horror y ahí está un peligro, muy grande; el de convertirse (el artista Salgado y la peli) en turistas de lo atroz; espectadores intelectuales resguardados detrás de la cámara como si esta fuera un escudo protector. Llegar, ver y largarse. Lo justo, pero no más. "Utilizando" su "pena" (la de los desgraciados), enfermedad y muerte, para calmar y apaciguar las, supuestamente, flageladas conciencias occidentales. Consistiría en rasgarse las vestiduras para, poco después, seguir como si nada; siempre habrá otros infiernos que sustituirán a los anteriores y nada cambiará. Sería un "menudeo" de miserias que mantiene el "statu quo" y que, en cierto modo, lo perpetúa, ya que al "purificarnos" con la visión del mal, cumplimos con nuestra cuota de responsabilidad y así podemos dormir tranquilos, preparados para nuevos "espectáculos".
Otro asunto peliagudo es el del observador observado, es decir, de Salgado apenas aprendemos nada en las casi dos horas de documental, ni de cómo es (de verdad) ni de cómo trabaja (sus métodos, sus costumbres, sus... ). Retrato cojo, manso y pulido de una figura; sin riesgo ni profundidad. Sería un poema de santidad; loor al héroe, genuflexión y aplauso. Visión parcial y limitada.
Hay muchos bellos y terribles momentos, pero, finalmente, asoma cierto sopor, cierta sensación de inutilidad.
La fotografía es un arte "superficial" y "fijo". El cine debería haber servido como desarrollo y hondura.
Repleta de bellos foto/gramas; de serenidad, educación y dolor.
Es Salgado con su mirada. Y Wenders detrás, arropando y dirigiendo.
Un repaso somero por la vida y el trabajo del gran fotógrafo. Comenzamos con una mina, espectacular y horriblemente hermosa, y después nos paseamos por el ancho mundo; desde Siberia hasta Papúa o Iberoamérica, sin olvidar Europa.
Prima el horror y ahí está un peligro, muy grande; el de convertirse (el artista Salgado y la peli) en turistas de lo atroz; espectadores intelectuales resguardados detrás de la cámara como si esta fuera un escudo protector. Llegar, ver y largarse. Lo justo, pero no más. "Utilizando" su "pena" (la de los desgraciados), enfermedad y muerte, para calmar y apaciguar las, supuestamente, flageladas conciencias occidentales. Consistiría en rasgarse las vestiduras para, poco después, seguir como si nada; siempre habrá otros infiernos que sustituirán a los anteriores y nada cambiará. Sería un "menudeo" de miserias que mantiene el "statu quo" y que, en cierto modo, lo perpetúa, ya que al "purificarnos" con la visión del mal, cumplimos con nuestra cuota de responsabilidad y así podemos dormir tranquilos, preparados para nuevos "espectáculos".
Otro asunto peliagudo es el del observador observado, es decir, de Salgado apenas aprendemos nada en las casi dos horas de documental, ni de cómo es (de verdad) ni de cómo trabaja (sus métodos, sus costumbres, sus... ). Retrato cojo, manso y pulido de una figura; sin riesgo ni profundidad. Sería un poema de santidad; loor al héroe, genuflexión y aplauso. Visión parcial y limitada.
Hay muchos bellos y terribles momentos, pero, finalmente, asoma cierto sopor, cierta sensación de inutilidad.
La fotografía es un arte "superficial" y "fijo". El cine debería haber servido como desarrollo y hondura.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Solo hubiera faltado, la guinda del pastel, que Wim y "Tiao" se señalaran la camiseta, como los futbolistas tras haber marcado un gol, y en ella pudiéramos leer lo siguiente: "Sí, somos nosotros, los más molones de todos".
Ya lo avisó el mismo Salgado: "No tenemos nada, solo al oso", con eso no es suficiente.
Ya lo avisó el mismo Salgado: "No tenemos nada, solo al oso", con eso no es suficiente.