No rechaces el dolor, no te mutiles, abraza la vida con todo lo que lleva dentro, también lo malo. El maestro y margarito, el discípulo, amor y sexo, ese momento, griego nietzscheano todo ello, en lo alto, en el centro.
No sé, es todo demasiado perfecto, me ofenden, hablan todos los idiomas del mundo, los lugares son alucinantes, rezuman grandeza o leyenda, leen como leones, i want to ride my bicycle y en nadar dos pajaros, tienen una criada Mafalda que les hace el trabajo sucio, omnipotente, el don de la ubicuidad, trabaja por veinte, siempre presta y pendiente, no se manchan las manos, ni eso, con las duras tareas del hogar, tocan música, saben etimológía, filología, lenguas muertas, escultura, antropología y filosofía, son inteligentes, perspicaces y sutiles, levitan, tienen unos cuerpos maravillosos, son sensibles, generosos y valientes, la vida crepita como un bollo al horno y se abre al mundo como la flor de loto, la historia y la política están también presentes, Craxi y el pentapartito, suenan, sí, esas canciones, la cascada se desparrama, la tienes muy dura, chupa, el Heptamerón, Richard Butler, la batalla del Piave, Antonia Pozzi murió tan joven, no estés triste, princesa, la amistad que habéis construido es la mar de hermosa, harto bonita, lo saben, me caso, una impostada cursilería vibrante, una artificiosa falsedad fría, un esteticismo relamido falsario, un afán de belleza abrumadoramente constante, totalitario, totémico, talibán, dogmático, obsesivo compulsivo, enfermizo, como si esta película despreciara la humana existencia y por ello se hubiera dedicado a esquilmar, a higienizar, a limpiar y expurgar todo lo feo, verdaderamente caótico o chapucero, risible, la suciedad, las chinches y toda la roña, la mugre y la furia, el mal olor, como si todo lo más terrible fuera a la fuerza en realidad como un copo de nieve que cae manso y placentero, mullido, al suelo, tan precioso, me lo como.
Es impecable, hagamos una foto.
Y cuando despertó, el paraíso todavía estaba allí, justo junto al fuego, cry baby.
Es una película humillante, aplastante, casi nazi, te restriega su superioridad moral/espiritual/sexual/física/cultural/universal en toda tu anonadada y empequeñecida cara, no somos nada.
Hasta las personas/chicas cuando las dejas tiradas de la peor de las maneras, sin motivo (darle ninguno), no solo no te lo echan en cara, no te acusan de nada, sino que además se preocupan mucho por ti, pobrecito niño mío, y te quieren y te ajuntan y te admiran y te aprecian incluso más si cabe que antes.
Tienen mucha fruta, amigos queridos y variados, Aciman mediante, son acogedores y hospitalarios, los padres más amables/amantes y comprensivos que han existido.
Veo en tus ojos mi yo reflejado.
Es todo tan bueno y son tan elevados que ni siquiera se restringen o limitan a la suma ordinariez del unívoco deseo sexual que descarta a la mitad de la humanidad, van mucho más allá, trascienden la vulgaridad de los demás que se quieren perder en distinto ser, completamente diferente a él, lo opuesto, bañarse, aunque solo sea por un momento, en lo algo más raro o extraño, ese otro, descansar del trabajo forzado de existir, de ser igual y repetido, mezclarse, desaparecer, no, qué va, se aman tanto a sí mismos, henchidos, son tan titánicos y armagedónicos, deidades encarnadas, que su tendencia es en verdad más onanista, el amado eres tú mismo replicado, ese nimbo, su nombre es también el tuyo duplicado, redicho, se borra para hacerte a ti sitio, eco, llamarte o llamarle otra vez por el único nombre que aceptas o reconoces como válido o verdadero, digno de tu encomiable esfuerzo, casualmente igual que el tuyo, solipsismo, siempre, el perro de tu señorío, el otro es tu espejo, narciso, una mera excusa o polea, el espejo, el mito, el río, el símbolo, el niño, conócete a ti mismo, me reafirmo, insisto, ombligo, yo-yo humano, hacia dentro, la vorágine, la espiral, imantado.