En la vida: NO. No hacer nada. Dejarlo estar, que el agua corra. Que las cosas pasen. Que la noria gire. Que la marea se mueva. Tú sigue tu camino y que el dinero siga su curso. Que la avaricia no te ciegue. Que el oro no te deslumbre. Eres feliz con tan poco. No necesitas mucho, prácticamente nada. A tu chica y un techo. El amor siempre es más que suficiente. El resto es cebo. Falsas ilusiones. Trampa para bobos.
En una película de la industria pesada americana (y, por extensión, de casi todo el resto del mundo con conocido, por pura y servil imitación): SÍ, pillar el botín, no hay otra cosa. Agarrar el cofre del tesoro y luchar contra el monstruo. Vale la pena. El esfuerzo seguro que será debidamente recompensado. Tus agallas recibirán premio. El que no arriesga no gana. Tú puedes. Y tú vales. Los sueños se cumplen. Querer es poder. Es mejor equivocarse que arrepentirse. El cielo pertenece a los valientes. Sin tetas no hay paraíso. Y sin cojones tampoco. Vamos, a por ellos, que seguro que son pocos y cobardes.
En este caso: veremos. La ocasión la pintan calva. Parecen buenos chicos. Una pareja feliz. Muy unidos, merecedores de lo mejor. Y un policía buenazo. Con mucha conciencia.
Lo malo son los malos. Un francés y varios británicos. Dan mucho miedo. Tienen cara de pena y azufre. Seguro que golpean y perrean. La cosa pinta mal. Ya hemos dicho que habrá que esperar. No hay que precipitarse. Eso nunca.