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Rusia Rusia · Stalingrado
Voto de Ferdydurke:
9
Comedia. Musical La República Democrática de Freedonia, un pequeño país centroeuropeo, a cuyo frente se encuentra el muy liberal señor Rufus T. Firefly, se ve amenazada por la dictadura de Sylvania, país de vieja y reconocida solvencia como agresor. Dos espías de prestigio, Chicolini y Pinky, sirven a Sylvania, lo que no impide que acaben siendo ministros del ahora ya excelentísimo Firefly. (FILMAFFINITY)
4 de febrero de 2016
5 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es tan apabullante todo; el ritmo, la densidad, la inteligencia, la imaginación, el talento, el arsenal de recursos, la suma inagotable de ideas, tanto, que alucina, agota, admira y no da tiempo a nada, casi ni a reír (a lo sumo a sonreír levemente); en eso que mueves los labios y ya te pierdes algo, una réplica, un gag, un chiste, se te va la vida entera en un segundo, ni cerrar los ojos puedes, nada.
Saturación pantagruélica del humor que ocupa todo el rango, todas las categorías, registros y posibilidades; desde el desnudo juego verbal hasta el puro disparate surrealista, desde la sátira y la destrucción de todas las solemnidades e ideas aparatosas hasta la ruptura absurda de la realidad, desde la tradición del cine mudo hasta llegar a los diálogos más endemoniadamente afilados; la patada y tentetieso, los disfraces, los juegos de identidades, las canciones, lo infantil, lo intelectual, lo fino, lo obvio, lo elaborado, lo primario... Sin la necesidad de crear una historia o argumento mínimamente coherente; este queda reducido a lo esencial, a un ridículo teatro de fiestas, declaraciones de guerra, disfraces y batalla apocalíptica, nada, una escuálida excusa, un trampantojo que sirve de marco de referencia para un festival humorístico casi abstracto de tan intenso, concentrado y enloquecido; pintura no figurativa, de ahí su cierta dificultad y posible aturdimiento del espectador, ya que este se queda a la intemperie, sin asideros, solo ante esa banda desmadrada, esos agentes del caos tan anárquicos y dionisíacos, tan libérrimos y geniales. Quizás nos podamos agarrar, a la desesperada, más que a una trama, a una idea general; al esperpento feroz sobre toda forma de poder y sus nefastas consecuencias, de cómo los gerifaltes que rigen los destinos del mundo ni siquiera tienen la coartada del sentido, aunque sea malo, son nada más que idiotez pomposa y peligrosa, adornada con una unción y boato que aumentan el horror y la farsa (como en "¿Teléfono rojo? Volamos hacia Moscú" también se mostraría muchos años más tarde). O peor (o mejor): una enmienda a la totalidad, la abismal falta de sentido de la realidad, solo chanza, disparate y delirio.
La gran mascarada, el gran carnaval; el humor como celebración y apoteosis, como la gran purga de seriedades impostadas y mentiras brutales. La broma del niño con la mala intención del adulto; libertad para jugar con las armas más eficaces, las del cachondeo luminoso.
Una fiesta del cine y de la vida tan abrumadora que resulta inaprensible/inasible.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Ferdydurke
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