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Voto de Ferdydurke:
6
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7,8
38.346
Western
Un grupo de jóvenes pistoleros se dedica a asaltar los bancos del estado de Wyoming y el tren-correo de la Union Pacific. El jefe de la banda es el carismático Butch Cassidy (Newman), y Sundance Kid (Redford) es su inseparable compañero. Un día, después de un atraco, el grupo se disuelve. Será entonces cuando Butch, Sundance y una joven maestra de Denver (Ross) formen un trío de románticos forajidos que, huyendo de la ley, llegan hasta Bolivia. (FILMAFFINITY) [+]
26 de abril de 2022
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Como el Che. También Bonny and Clyde. Contracultura. Crónica. Cansancio del western convencional. Interludio musical.
Es extraña (y gozosa, levemente, te acaricia te toca), a medio camino entre la épica y la comedia entre mitificarlos y reírse/cagarse en/con to o dónde se ha visto que John Wayne, por ejemplo, dijese en un repente que él nunca había disparado a nadie a la cara o de frente misionero, mejor siempre la sodomía, lo comía, es un tramposo sin media hostia, y el otro no sabe nadar ni nada ni apenas hablar siquiera, farfulla refunfuña se queja.
El cerebro/averiado y el corazón encasquillado, el charlatán y el seco, dos hombres de dudosa moralidad siendo muy generosos que comparten más o menos a una mujer, esa tapadera, y, sí, de paso se comparten a ellos mismos eso es lo bonito, se llevan la mejor parte no tan contratante, más bien tan bandidos yanquis amante.
Está muy chula, mucho, toda la travesía persecutoria fantasmagórica jinete pálido y los momentos en los que aparece esa muchacha maestra picarona que solo busca fuertes emociones un poco de salseo y meneo y que, por supuesto, carece igualmente de cualquier atisbo lejano de ética, entelequia, así es ella, bravo.
Puede parecer que se les romantiza e idealiza y hasta cierto punto es cierto pero justo todo lo contrario a la vez, ni una cosa ni la otra del todo, lo que no es poco.
Y alimañas en Sudamérica, igual que en Norteamérica.
Es extraña (y gozosa, levemente, te acaricia te toca), a medio camino entre la épica y la comedia entre mitificarlos y reírse/cagarse en/con to o dónde se ha visto que John Wayne, por ejemplo, dijese en un repente que él nunca había disparado a nadie a la cara o de frente misionero, mejor siempre la sodomía, lo comía, es un tramposo sin media hostia, y el otro no sabe nadar ni nada ni apenas hablar siquiera, farfulla refunfuña se queja.
El cerebro/averiado y el corazón encasquillado, el charlatán y el seco, dos hombres de dudosa moralidad siendo muy generosos que comparten más o menos a una mujer, esa tapadera, y, sí, de paso se comparten a ellos mismos eso es lo bonito, se llevan la mejor parte no tan contratante, más bien tan bandidos yanquis amante.
Está muy chula, mucho, toda la travesía persecutoria fantasmagórica jinete pálido y los momentos en los que aparece esa muchacha maestra picarona que solo busca fuertes emociones un poco de salseo y meneo y que, por supuesto, carece igualmente de cualquier atisbo lejano de ética, entelequia, así es ella, bravo.
Puede parecer que se les romantiza e idealiza y hasta cierto punto es cierto pero justo todo lo contrario a la vez, ni una cosa ni la otra del todo, lo que no es poco.
Y alimañas en Sudamérica, igual que en Norteamérica.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Gran final qué duda cabe. Loa. Grupo salvaje. A tiro limpio. Murieron con las botas puestas. Estaba cantado /ya se lo habían dicho el amigo viejo y Etta/ Muerte anunciada y ¿buscada? Sí.
Están los tres muy bien.
Es como si nos vinieran a decir que roban bancos sin motivo ninguno por placer malsano obtuso tortuoso retorcido, juego de niños, pasatiempo marrano, por huir de la subnormal normalidad, sin creer tampoco mucho en ello/s, en el significado posible de su criminal adolescente rebeldía, dejándose caer o llevar, como si se creyeran más que los demás o menos quizás, el absurdo ambiguo indeterminado en perpetuo movimiento ciego chusco, tal vez por vagos y maleantes, seguro eso, inadaptados. No son crueles, solo pragmáticos pero no demasiado, el dinero no les importa tanto, es más un asunto deportivo, hacer algo para no morirse de asco. Tragicomedia por una lado desolada, la muerte de todo se enseñorea, y por el otro divertida, crispada, nada tiene la más mínima importancia, todo es una tontería que no pesa, ni siquiera la vida, una birria, sucia, embarrada, polvorienta, risa.
Su gesto vital es el sabotaje que tiene algo de grotesco o surrealista estúpido niño, terrorífico, la libertad mal entendida, kamikaze, suicida, o demasiado bien comprendida, para nada sirve, en verdad no es posible.
El Dorado. Descerebrado. Horadado. Trepanado. También algo Leone Agáchate maldito.
El error como religión y definitiva solución de los hombres perdición, la celebración de la simpática chapuza, de la chanza macabra astracanada, el odio a lo dado o establecido, el dolor por no ser nada, el desamparo, la disolución, la aniquilación extinción, la rabia, la joda.
De la más honda pena a la barbarie solo hay un cómico paso.
Desencajados. Mancados. Ser otro. Nunca yo.
Es una oda al oficio de actor, a la interpretación, es una metáfora sobre el jugar/interpretar como la única forma de estar en el mundo si tienes un defecto de fábrica y le quieres sacar jugo, sacro/sarro, sarcasmo marasmo..
Están los tres muy bien.
Es como si nos vinieran a decir que roban bancos sin motivo ninguno por placer malsano obtuso tortuoso retorcido, juego de niños, pasatiempo marrano, por huir de la subnormal normalidad, sin creer tampoco mucho en ello/s, en el significado posible de su criminal adolescente rebeldía, dejándose caer o llevar, como si se creyeran más que los demás o menos quizás, el absurdo ambiguo indeterminado en perpetuo movimiento ciego chusco, tal vez por vagos y maleantes, seguro eso, inadaptados. No son crueles, solo pragmáticos pero no demasiado, el dinero no les importa tanto, es más un asunto deportivo, hacer algo para no morirse de asco. Tragicomedia por una lado desolada, la muerte de todo se enseñorea, y por el otro divertida, crispada, nada tiene la más mínima importancia, todo es una tontería que no pesa, ni siquiera la vida, una birria, sucia, embarrada, polvorienta, risa.
Su gesto vital es el sabotaje que tiene algo de grotesco o surrealista estúpido niño, terrorífico, la libertad mal entendida, kamikaze, suicida, o demasiado bien comprendida, para nada sirve, en verdad no es posible.
El Dorado. Descerebrado. Horadado. Trepanado. También algo Leone Agáchate maldito.
El error como religión y definitiva solución de los hombres perdición, la celebración de la simpática chapuza, de la chanza macabra astracanada, el odio a lo dado o establecido, el dolor por no ser nada, el desamparo, la disolución, la aniquilación extinción, la rabia, la joda.
De la más honda pena a la barbarie solo hay un cómico paso.
Desencajados. Mancados. Ser otro. Nunca yo.
Es una oda al oficio de actor, a la interpretación, es una metáfora sobre el jugar/interpretar como la única forma de estar en el mundo si tienes un defecto de fábrica y le quieres sacar jugo, sacro/sarro, sarcasmo marasmo..