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Voto de Ferdydurke:
1
4,1
866
Thriller. Terror
Lucy y Adrian llevan tiempo intentando tener un hijo. Finalmente, recurren al doctor Hindle, especialista en fertilidad. Lucy se somete a una inseminación artificial y queda embarazada de trillizos. Días después, el doctor les informa de que un embarazo de estas características puede poner en riesgo la salud tanto de los niños como de la madre, por lo que deberán tomar una difícil decisión. A medida que avanza el embarazo, el mundo de ... [+]
10 de julio de 2023
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Querida Wendy.
Esta película dice o explica dos o tres verdades del barquero, de perogrullo, que no por rematadamente obvias es menos cierto que han sido ocultadas durante siglos más bien milenios, correr el tupido velo, por los que todas sabemos, a saber:
- La maternidad es un espanto (por culpa de ellos, los hombres), vivero de todo tipo de problemas, una puta pesadilla, un jodido infierno. Ni se te ocurra quedarte preñada, hermana, ni mucho menos tener hijos, si lo sé, no vengo.
- Los hombres odian a muerte a las mujeres por el hecho de ser mujeres y conspiran día y noche en/a la de su infinita vileza sombra, ahí como garrapatas o cucarachas se cobijan del sol que más calienta, abrevan.
La revista (no te la lleves). Los informes (no los mires).
Joker, pisalo.
- Las mujeres son los mejores y superiores seres de la creación me sacas de un duda morrocotuda tetuda, motivo por el cual los hombres las odian y les joden la vida, por pura amasada envidia, arracimada, complejo de inferioridad a toneladas, albricias.
- La única posible solución a tal tanto horror es que las mujeres, si se da la maldita posibilidad, desgracia, de quedarse embarazadas y que salgan o puedan salir chicos, en potencia hombres, dios no lo quiera, ten piedad de nosotras, los maten/aborten ya sea dentro o fuera (de juego), di no a las fronteras, el caso es que mueran más pronto que tarde, el huevo de la serpiente que no crezca, no es traidor el que avisa, malos augurios, cría cuervos, a grandes males, estupendas soluciones, que solo nazcan niñas para que pare la rueda, que se detenga la noria, viva o muera China.
Esta película dice o explica dos o tres verdades del barquero, de perogrullo, que no por rematadamente obvias es menos cierto que han sido ocultadas durante siglos más bien milenios, correr el tupido velo, por los que todas sabemos, a saber:
- La maternidad es un espanto (por culpa de ellos, los hombres), vivero de todo tipo de problemas, una puta pesadilla, un jodido infierno. Ni se te ocurra quedarte preñada, hermana, ni mucho menos tener hijos, si lo sé, no vengo.
- Los hombres odian a muerte a las mujeres por el hecho de ser mujeres y conspiran día y noche en/a la de su infinita vileza sombra, ahí como garrapatas o cucarachas se cobijan del sol que más calienta, abrevan.
La revista (no te la lleves). Los informes (no los mires).
Joker, pisalo.
- Las mujeres son los mejores y superiores seres de la creación me sacas de un duda morrocotuda tetuda, motivo por el cual los hombres las odian y les joden la vida, por pura amasada envidia, arracimada, complejo de inferioridad a toneladas, albricias.
- La única posible solución a tal tanto horror es que las mujeres, si se da la maldita posibilidad, desgracia, de quedarse embarazadas y que salgan o puedan salir chicos, en potencia hombres, dios no lo quiera, ten piedad de nosotras, los maten/aborten ya sea dentro o fuera (de juego), di no a las fronteras, el caso es que mueran más pronto que tarde, el huevo de la serpiente que no crezca, no es traidor el que avisa, malos augurios, cría cuervos, a grandes males, estupendas soluciones, que solo nazcan niñas para que pare la rueda, que se detenga la noria, viva o muera China.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
El problema es que hay malas (más bien inocentes pervertidas manipuladas, el burro y la zanahoria, por ellos) mujeres vendidas al enemigo, colaboracionistas, lobotomizadas, abducidas, poco intelectuales cómplices, de grandes tragaderas, sin arcadas siquiera, por lo que la pobre heroína de nuestro tiempo se tiene que enfrentar a tanto abundante mal en solitario, a pecho descubierto, sola ante el peligro, lo aconsejable, por tanto, es echar mano de la siempre indispensable saludable ultraviolencia, aquí paz y después gloria, activar empáticamente, sin ninguna toxicidad, poner en valor el sagrado inevitable derramamiento de sangre, celebrar una jodida escabechina, montar un puto grupo salvaje, masacre: ven y mira, opera, prima.
Ni cerebro de mamá ni leches (mejor en el metro), ni femenina histeria ni hostias, ni paranoia ni jodienda, no hagáis caso de los cantos de sirenas de los señorones, de los bulos en/y las noticias, poneos manos a la obra, coged el cuchillo o la excavadora, el machete o la segadora, desmontar la lavadora pieza a pieza, que comience la fiesta, que esto pare o, en su defecto, reviente, Valerie Solanas, gran pensadora, Dios la tenga en su gloria, santificada sean su fiero coño y su lucida cabeza.
Sí, era negra y mística, dejémonos de paparruchas, el colmo de la sabiduría, por donde lo mires, de la ciencia no te fíes, de los médicos, mira que lo tengo dicho, tampoco, ni mucho menos, que asolan, plástico fino.
En la ciudad sin límites Geraldine Chaplin dice la suya, se reivindica, se libera, canta las cuarenta, divide las aguas, grita misa.
Ni cerebro de mamá ni leches (mejor en el metro), ni femenina histeria ni hostias, ni paranoia ni jodienda, no hagáis caso de los cantos de sirenas de los señorones, de los bulos en/y las noticias, poneos manos a la obra, coged el cuchillo o la excavadora, el machete o la segadora, desmontar la lavadora pieza a pieza, que comience la fiesta, que esto pare o, en su defecto, reviente, Valerie Solanas, gran pensadora, Dios la tenga en su gloria, santificada sean su fiero coño y su lucida cabeza.
Sí, era negra y mística, dejémonos de paparruchas, el colmo de la sabiduría, por donde lo mires, de la ciencia no te fíes, de los médicos, mira que lo tengo dicho, tampoco, ni mucho menos, que asolan, plástico fino.
En la ciudad sin límites Geraldine Chaplin dice la suya, se reivindica, se libera, canta las cuarenta, divide las aguas, grita misa.