Hubiera sido de agradecer un mayor esfuerzo artístico de Fernando Arroyo (¿problemas de producción?) en este interesante y necesario documental sobre esos fenómenos de origen natural inherentes al planeta en el que vivimos, que suelen acabar en tragedia por la ignorancia, desidia o escasa voluntad política preñada de todo tipo de intereses casi siempre económicos que nos aquejan.

Sabemos que nuestra península por propia definición es susceptible de tsunamis (palabra japonesa), cuya acepción española o latina me parece más acertada: maremoto. Las fallas terrestres que se encuentra cercanas a nuestras costas han provocado y provocaran cíclicos maremotos que arrasaran vidas, ciudades y campos. Lo sabemos y poco o nada hacemos por prevenir lo que indudablemente ocurrirá, aunque no dispongamos de suficientes datos en el tiempos para poder prever la periodicidad de tales fenómenos.

El terremoto de Lisboa de 1755 ya nos dejó un desafortunado ejemplo de lo que se nos viene encima. Algunos países como Japón educan a sus ciudadanos al respecto sobre todo en las medidas de evacuación y vigilan la normativa sobre construcciones a prueba de dichos fenómenos. “Spain” como casi siempre, “is diferent” y nuestros gobernantes prefieren taparse ojos y oídos.

Arroyo se ciñe a avisar con el testimonio de expertos portugueses y españoles con la colaboración de María Belón sobreviviente del maremoto ocurrido en Tailandia en el 2004 y que dio lugar a la excelente película de Bayona “Lo imposible”.

Imposible parece hacer entrar en razón a quienes deben gestionar los medios para minimizar las catastróficas consecuencias y cuya máxima ante tales advertencias pare ser: “el que venga detrás que arree”.

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