Manejarse en las siempre comprometidas aguas del folletín melodramático no es nada fácil y el brasileño Karim Aïnouz (1966) lo hace con elegancia, sutileza y personalidad autoral no solo en el pulso narrativo que aguanta un quizás excesivo metraje sino también en el aspecto formal y su interés por encontrar hallazgos visuales con esos colores saturados en la estupenda fotografía de Hêlêne Louvart que nos remiten al cine de Wong Kar-wai entre otros aspectos.

Adaptación de la primera novela homónima de la escritora brasileña Martha Batalha que tuvo que ser publicada en alemania en 2016 dado el rechazo que obtuvo en las editoriales de su país. Una historia de la condición femenina en Brasil desde mediados del siglo pasado que bien pudiera extrapolarse entre otros países al nuestro a través de los avatares de dos hermanas a las que el siempre caprichoso destino con la colaboración inestimable de una sociedad machista y patriarcal las mantiene separadas físicamente y de como sus lazos emocionales nunca rotos condicionan y alientan sus esfuerzos por ser ellas mismas cuando consigan reencontrarse.

Excelente composición de las dos actrices protagonistas y el acertado elenco que las acompaña en un viaje temporal, psicológico y emotivo que por momentos se queda algo enroscado en sí mismo en un guión que parece temer que el desenlace no acabe a la altura y que el director ya este más que satisfecho con su puesta en escena. Cada espectador juzgará.

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