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España España · MADRID
Voto de ELZIETE:
9
Drama. Fantástico Japón, siglo XVI. Durante la guerra civil, los aldeanos Genjuro y Tobei pretenden hacer fortuna: Genjuro como alfarero y Tobei como samurai. Ambos dejan a sus esposas abandonadas para cumplir con sus ambiciosos sueños. La misteriosa Lady Wakasa, otra víctima de la guerra, se cruzará en el camino de Genjuro. (FILMAFFINITY)
6 de enero de 2018
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Cualquier aficionado que se precie ya sabrá o debería saber los nombres de la triada clásica japonesa del séptimo arte. A saber: Ozu, Mizogochi y Kurosawa. A cada cual hay que darle de comer aparte.
La puerta a los tres y por ende al cine oriental lo abrió Kurosawa con el éxito de su "Rashomon" (1950), Oscar a la mejor película extranjera en el 51. Y dicho esto sorprende la inmensa sensibilidad artística de un señor como Mizogochi (1898- 1956) que al parecer era de trato "áspero" por utilizar un eufemismo. Infancia tortuosa en la que el padre vendió a su hermana como Geisha, sus estudios de pintura y su afición por la botella de sake marcarían su devenir personal y artístico.
Curtido en la producción a destajo en el cine silente con más de 70 películas en esa época, la mayoría perdidas, rueda en el 36 su "primera película seria", según sus propias palabras. Y mi preferida hasta ahora "La historia del último crisantemo"en el 39 con la que consigue el reconocimiento patrio.

La tradición ancestral festiva dos días al año coincidiendo con el cambio de las estaciones de contar cuentos  a la luz de la luna hace que tome como referencia dos de ellos del poeta y escritor del siglo XVIII japonés Ueda Akinari, publicados bajo el título "Ugetsu monogatari" (Cuentos de luz de luna y lluvia).
Esta tragedia sobre la ambición desmedida de riqueza y gloria de dos campesino del medioevo japonés le sirve a Mizoguchi para componer una de las más bellas películas de la historia del cine en cuanto a composición formal con una fotografía del impagable Kazuo Miyagawa habitual de la triada. El recital de encuadres, ritmo pausado pero sin pausas amén de sus fundidos a negro, el movimiento sutil y elegante de la cámara, sus atmósferas, las influencias del teatro tradicional japonés, su preocupación por el papel discriminatorio y sufridor de la mujer, las prostitutas, el paso de la realidad a la fantasia de forma original y brillante sin romper la continuidad, su distancia focal con casi ausencia de primeros planos..... Este señor era un maestro de su oficio.
Sumemosle a ello la ambientación histórica de la vida en el siglo XVI japonés plagado de guerras intestinas y el carácter, como se ha escrito, casi de popurrí o compendio del cine japonés (tragedia, melodrama, costumbrismo, historia social, samurais...) así que como para no darle el León de  Plata de Venecia y todo el zoo completo.
También hay que decir que su cine nunca fue comercial ni en su país, y que requiere un pequeño esfuerzo a las costumbres de los paladares occidentales tan machacados para bien y para mal por Hollywood. Y en un alarde de atrevimiento y ejerciendo mi derecho como espectador creo que algunas escenas podrían estar mejor resueltas desde el punto de vista del guión o la planificación, dicho sea con todo respeto.
Imprescindible.

cineziete.wordpress.com
ELZIETE
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