Absolutamente gozosa, esta aventura espacial y personal llena de imaginación y amor por naturaleza y los seres que la habitan. El músculo del cine francés y su industria es notable y en el apartado de la animación apuesta por destilar calidad artesanal ante las poderosas fábricas USA (no es menosprecio) a las que cada vez les cuesta más no repetirse. Tampoco es que el equipo de guionistas entre los que se encuentra el director curtido en la animación televisiva no acudan a clichés establecidos pero los manejan con sensibilidad y un punto de vista educativo tanto para chavales como para sus padres. El respeto por lo diferente, la amistad, el camino de aprendizaje a base de probar y equivocarse que siempre debe ser individual, la ausencia de violencia, su tono animalista, no depender exclusivamente de la tecnología son valores que merecen compartirse en familia al tiempo que te ríes y te emocionas en un planeta al que nada tendría que envidiar el nuestro si no fuera por nuestra especie.

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