Se dice que es en primavera donde la sangre se altera pero es en el verano donde el tiempo parece tomarse un respiro, se desplaza el cuerpo y la mente y afloran las historias con otras gentes como pompas de jabón; algunas humedecen el alma para siempre.

Tras un comienzo incierto que parece abocarnos a una comedia estandar el guión del propio director y Catherine Paillé nos invita a entrar en un cuento donde el amor, la amistad y la convivencia brotan en un pequeño reino mágico que aparece y desaparece cada verano a orillas de un modesto rio donde refrescar la existencia.

Actores jóvenes, nuevos valores que rezuman honestidad en sus interpretaciones dan vida y esperanza a unos personajes que encuentran en el camino su razón de ser.

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