Que el queso Gruyere esté lleno de agujeros no significa que no esté bueno. Lo mismo le pasa a Greta, donde el guión del propio Jordan con Ray Wright no ha tenido empacho en obviar todos los agujeros inverosímiles que salpican este thriller con el que el "desaparecido" Jordan intenta volver por sus fueros consiguiendolo a medias. Una de las bazas es la omnipresente y gran actriz Isabelle Huppert a la que ya solo le falta encarnar a una princesa de Disney y seguro que lo haría bien. Hasta se permite levantar la ceja de malvada sin que nos de la risa. Su presencia es inquietante que es de lo que se trata por mucho que la construcción de su personaje por parte de los guionistas como la del resto del elenco deje mucho que desear. Pero las tres - Moretz y Monroe- se las apañan para sustentar el asunto en su esencia básica que es crear una atmósfera de desasosiego y angustia. La relación de amistad entre estas dos últimas es una de las cosas que mejor funciona.

Menos mal que el Jordan director tuvo y retuvo y juega sus bazas con una puesta en escena con mimo por los detalles - el bolso, la ubicación de la casa, su decoración interior, el arcón... - y consigue que la presencia misteriosa y agobiante de La Huppert acabe por deambular por todos los planos y fuera de ellos. Por supuesto hay referentes a otras películas de temática similar incluso al cuento famoso de los hermanos Grimm, "Hansel y Gretel. A la postre un resultado desigual que va de más a menos pero que nos mantiene atentos a la pantalla.

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