A diferencia de lo que muchos creen Tim Burton nunca tuvo demasiada libertad creativa en la primera película que realizó de Batman.

Si, la película hacía gala de un aspecto gótico y oscuro de fábula pero Burton estuvo muy controlado por los productores y no pudo mostrar realmente el concepto que tenía en su mente sobre el mundo del hombre murciélago.

En esta segunda, y ya tras el megaéxito de la primera, Burton recibió luz verde para rodar la secuela con total libertad. Había echo bien los deberes y esa era su recompensa.

El resultado fue una película que es una absoluta MA-RA-VI-LLA.

Burton crea una Gotham mas oscura, gótica y siniestra que nunca.
Y encima el ambiente navideño ayuda a darle a todo un tono mas tétrico si cabe.

Keaton cumple, es un actor que tiene un cierto aire oscuro y melancólico y por ello aunque nunca termine de convencer tampoco desentona. De Vitto se sale, tanto su caracterización e interpretación son magistrales resultando tan repulsivo y grotesco como divertido y patético.

Pero los que roban la función son el gran Christopher Walken y Michelle Pfeiffer.

Walken resulta tan jodidamente siniestro y malévolo con su mirada que apenas necesita abrir la boca para acojonar. Pfeiffer es una fiera salvaje embutida en cuero. Su actuación es brillante, uniendo sensibilidad, crueldad, violencia y compasión en una sola. Un 10 para Pfeiffer.

Burton muestra además una gran mejoría a la hora de dirigir escenas de acción, siendo estás espectaculares e intensas.

Los puntos fuerte son pues: La ambientación gótica y barroca potenciada al máximo, De Vitto, Pfeiffer y Walken, los secuaces del pinguino, un autentico circo de los horrores, secuencias de acción muy bien echas, su banda sonora.

Los puntos débiles: Ninguno, es perfecta tal como es.

Gracias.