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Voto de Strénliko:
9
Western Warlock, una pequeña ciudad que se dedica a la ganadería, está dominada por una banda de criminales. Para restablecer la paz y el orden, un comité de ciudadanos decide nombrar sheriff a un famoso pistolero (Fonda). Diversas circunstancias harán que el sheriff y su ayudante (Widmarck) acaben enfrentándose. (FILMAFFINITY)
19 de julio de 2013
16 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
Salto de la carcajada a la perplejidad por las tres críticas que he leído acerca de la homosexualidad de los dos protagonistas. Es asombroso el ridículo en el que caen algunos homosexuales cuando se empeñan en clasificar como de su misma condición a todos los que no lo son, pero que mantienen vínculos de camaradería, compañerismo, amistad o comparten un mismo destino laboral. No entiendo, por otra parte, ese contumacia tan evidente de los "homo" de querer ver en los heterosexuales rasgos ocultos de lo que a ellos les afecta o son.
En concreto, tildar de locazas a Clay (H. Fonda) y a Tom (A. Quinn) es de lo más delirante que he leído. Quienes así lo han expresado debían de estar muy ocupados en otros menesteres cuando vieron la película; mejor dicho, cuando la miraron pero no la entendieron. Dónde, en qué parte del diálogo, en qué fragmento del guión se da a entender que ambos beben los aires del otro. Por favor, me parece que éste no es lugar más adecuado para hacer el ridículo.
Es obvio que los personajes de Clay y Tom se necesitan...para mantenerse con vida en el trabajo que desempeñan (mercenarios, comisarios, limpiadores de escorias...). Los dos lo saben y se coordinan para llevar a cabo los compromisos contraídos con quienes los contratan. Pero a estos dos machotes lo que les van, sin la menor sombra de duda, son las mujeres, y más si son rubias. ¿Creen acaso que Tom Morgan viaja de pueblo en pueblo con el retrato de Dorothy Malone, con la que tuvo una turbulenta relación, para desintoxicarse de la homosexualidad? Y que el otro viril personaje, Clay Blaisdel, ¿es acaso un personaje extraído de uno de esos barrios de "ambiente"?
Anthony Quinn, sin ir más lejos, tanto en 1959 o en cualquier otra fecha posterior jamás habría aceptado participar en una película donde se diera a entender que era un pistolero sin salir del armario. ¡Cuánta absurdez!
Por último, doy esa alta calificación a la película aunque sólo sea por el excelente trabajo de fotografía de MacDonall, sobre todo en la siempre admirable escena del duelo entre los dos camaradas. Extraordinaria iluminación. De las interpretaciones, casi todas las críticas han coincidido: un insuperable Anthony Quinn y un majestuoso Henry Fonda que con sus papeles son capaces de hacer menos perceptibles algunos -pocos- puntos flacos del guión. Desde mi punto de vista, una de las mejores películas del cine del oeste.
Strénliko
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