También se nos presenta la mala gestión emocional de una ruptura sentimental (la jefa de la protagonista tiene un amante al que quiere abandonar por miedo a que su novio real les descubra). Semejante frivolidad consentida pero mal asumida por parte del amante, que resulta ser un psicópata maquiavélico, le hace tramar muy calculadamente su asesinato, aprovechándose de la asustadiza e impresionable protagonista, acosándola con mensajes anónimos, confundiéndola acerca de su identidad y sus intenciones (con palabras unas veces agresivas y amenazadoras, y otras misteriosas y halagadoras) y llevándola a generar pruebas en su contra sin ser consciente. Afortunadamente el psicópata acaba descubierto.

Y por otro lado, tenemos el duelo por la pérdida sentimental por muerte natural, que es lo que sufre la novia/viuda del hermano de la protagonista, que tira de hobbies y manualidades para pasar el mal rato y la soledad, pero que acaba encontrando a otro hombre, un viejo amigo de la pareja que también tenía un gran aprecio por el difunto.
Me pregunto si el director quiere decir con esto que el aprecio más genuíno y profundo por alguien lo sienten las personas con su misma sangre y a medida que se van alejando los lazos sanguíneos, el vínculo se vuelve mucho más superficial, substituible, o menos auténtico y sentido.

Lo cierto es que los demás siguen con su vida, pero la protagonista se lleva la peor parte, es tanto lo que echa de menos y la empatía que siente por su hermano, que se abre una brecha existencial en su vida que necesita llenar de entendimiento, de respuestas, crecimiento, que solo las da hacerse preguntas en soledad, sentir el dolor, sentir el vacío, todo lo demás es intranscendente y es que el dolor solo abandona a la persona cuando ha acabado de enseñarla.
Finalmente, la protagonista entiende que no tiene que evadirse de ello, entretenerse, involucrarse en dramas cotidianos, servir a voluntades ajenas… sino simplemente estar a salvo en su vulnerabilidad, en un lugar alejado y encontrar la paz desde la que poder comunicarse espiritualmente con su hermano, despedirse de él y entender la transición hasta sanar su herida.