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Voto de Lobelia Sacovilla Bolsón:
6
6,5
2.221
Thriller. Intriga. Terror. Drama
Londres, 1888. En el barrio de Whitechapel se producen una serie de violentos y sanguinarios crímenes que tienen algo en común: las víctimas son siempre prostitutas asesinadas en oscuros callejones. El asesino será pronto conocido con el nombre de Jack el Destripador. En Baker Street, Sherlock Holmes y su ayudante el Doctor Watson empiezan a investigar por su cuenta los horribles crímenes que tienen aterrorizada a la ciudad. A pesar de ... [+]
14 de mayo de 2021
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
O, en este caso, ¿Sherlock Holmes, dónde estás? Porque si bien la ambientación de la película (decoración, vestuario, maquillaje) es la adecuada, los rasgos característicos de Holmes están ausentes.
Empecemos por el entorno temporal. Los crímenes de Jack el Destripador tuvieron lugar en 1888. Sherlock Holmes empezó su brillante carrera en 1887. Siendo así, ¿cómo nos presentan un Holmes que ya ha pasado la media edad, y cuyas particularidades corresponderían a una etapa mucho más tardía, ya bien entrado el siglo XX?
El Holmes (y por consecuencia, el Watson) que tendría que haberse movido por el Londres del Destripador, era el de "Estudio en escarlata" y "El signo de los cuatro", fuerte, ágil, experto boxeador, esgrimista, e incluso con conocimientos de artes marciales. Perfectamente lógico y poco o nada intuitivo. Siguiendo las pistas con la determinación de un sabueso, sacrificando el sueño y la comida.
Aquí encontramos un Holmes que se fía más de las corazonadas que de la estricta deducción, que se deja arrastrar por sus emociones y sentimientos; en conjunto, un Holmes muy poco holmesiano.
Y sin embargo, los personajes compuestos por Plummer y Mason son buenos, sobre todo el Watson de James Mason, que encuentro impecable. En cuanto a Plummer, es un buen actor, de sólido oficio, y de presencia y forma de trabajar agradables, pero no lo veo como Sherlock, no es lo bastante frío. Y el bueno de Watson, en esta fecha, sería un joven médico militar, un mozo soltero y enamoradizo, recién llegado de la guerra, no el buen doctor ya sabio y maduro que fue en los últimos relatos, y que es el que aparece aquí.
Claro es que estos detalles podrían ser completamente irrelevantes si la película fuera otra, pero mucho me temo que se suman al cúmulo de circunstancias que impiden que se pueda disfrutar de modo completo.
Porque, mirado de forma superficial, el filme es magnífico: cuidada ambientación (estamos ante una cinta británica de prestigio, por ahí no van a fallar), excelentes actores, argumento apasionante, personajes fuertes, dramatismo y tragedia. Pero todo ello está cosido con puntadas tan débiles que al final se nos cae el zurcido.
Puntos flojos:
La aparición de excelentes actores (Quayle, Gielgud, Finlay) con papeles meramente de lucimiento en dos minutos. Los podrían haber aprovechado un poquito más.
Personajes sin continuidad en la historia: el sangrante caso de Sutherland (ver spoilers). O el asesinado del puerto (si te he visto no me acuerdo).
Personajes desdibujados: David Hemmings, ¿qué haces por aquí? ¿Te llegaron a pagar por el papel?
La investigación en sí, podría pasar en una película de Scooby Doo -con las casualidades y los detalles traídos por los pelos propios de esos sencillos argumentos-, pero no es aceptable en una cinta protagonizada por Sherlock Holmes. Algún detallito en spoilers.
Entonces, ¿por qué verla? Porque la fotografía, los escenarios, las interpretaciones y la factura técnica general son maravillosas. Y porque se sigue con interés, con emoción, y el final no defrauda. Porque es, en conjunto, una estimable y sólida película de cine clásico.Y por ello, a pesar de las reticencias, tiene todos mis respetos.
Empecemos por el entorno temporal. Los crímenes de Jack el Destripador tuvieron lugar en 1888. Sherlock Holmes empezó su brillante carrera en 1887. Siendo así, ¿cómo nos presentan un Holmes que ya ha pasado la media edad, y cuyas particularidades corresponderían a una etapa mucho más tardía, ya bien entrado el siglo XX?
El Holmes (y por consecuencia, el Watson) que tendría que haberse movido por el Londres del Destripador, era el de "Estudio en escarlata" y "El signo de los cuatro", fuerte, ágil, experto boxeador, esgrimista, e incluso con conocimientos de artes marciales. Perfectamente lógico y poco o nada intuitivo. Siguiendo las pistas con la determinación de un sabueso, sacrificando el sueño y la comida.
Aquí encontramos un Holmes que se fía más de las corazonadas que de la estricta deducción, que se deja arrastrar por sus emociones y sentimientos; en conjunto, un Holmes muy poco holmesiano.
Y sin embargo, los personajes compuestos por Plummer y Mason son buenos, sobre todo el Watson de James Mason, que encuentro impecable. En cuanto a Plummer, es un buen actor, de sólido oficio, y de presencia y forma de trabajar agradables, pero no lo veo como Sherlock, no es lo bastante frío. Y el bueno de Watson, en esta fecha, sería un joven médico militar, un mozo soltero y enamoradizo, recién llegado de la guerra, no el buen doctor ya sabio y maduro que fue en los últimos relatos, y que es el que aparece aquí.
Claro es que estos detalles podrían ser completamente irrelevantes si la película fuera otra, pero mucho me temo que se suman al cúmulo de circunstancias que impiden que se pueda disfrutar de modo completo.
Porque, mirado de forma superficial, el filme es magnífico: cuidada ambientación (estamos ante una cinta británica de prestigio, por ahí no van a fallar), excelentes actores, argumento apasionante, personajes fuertes, dramatismo y tragedia. Pero todo ello está cosido con puntadas tan débiles que al final se nos cae el zurcido.
Puntos flojos:
La aparición de excelentes actores (Quayle, Gielgud, Finlay) con papeles meramente de lucimiento en dos minutos. Los podrían haber aprovechado un poquito más.
Personajes sin continuidad en la historia: el sangrante caso de Sutherland (ver spoilers). O el asesinado del puerto (si te he visto no me acuerdo).
Personajes desdibujados: David Hemmings, ¿qué haces por aquí? ¿Te llegaron a pagar por el papel?
La investigación en sí, podría pasar en una película de Scooby Doo -con las casualidades y los detalles traídos por los pelos propios de esos sencillos argumentos-, pero no es aceptable en una cinta protagonizada por Sherlock Holmes. Algún detallito en spoilers.
Entonces, ¿por qué verla? Porque la fotografía, los escenarios, las interpretaciones y la factura técnica general son maravillosas. Y porque se sigue con interés, con emoción, y el final no defrauda. Porque es, en conjunto, una estimable y sólida película de cine clásico.Y por ello, a pesar de las reticencias, tiene todos mis respetos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
El médium, personaje compuesto de forma magnífica por Donald Sutherland, aparece, dice un par de cosas, y ahí se acaba todo. Si en vez de médium hubiera sido el ministro del interior o el barbero de Sevilla, nos habríamos enterado de lo mismo, para la trascendencia que tiene la cosa en el devenir del filme.
Las pistas aparecen y desaparecen porque sí. A ver, en medio de una calle llena de suciedad, gente y carros de verduras, basuras varias y otros adminículos, vamos a pillar a la primera un raspón de unas uvas súperespeciales que solamente come un señor en todo el Reino Unido.
En medio de una multitud de gente de los barrios populares, así como cincuenta o sesenta individuos tirando corto, detectamos a la primera (sin haberlo visto jamás ni saber ni que existe) el rostro especialísimo de la más buscada del mundo mundial, que como la están persiguiendo todos los malos y se ha de esconder, se pasea por la calle visitando los lugares más típicos de Londres: los macabros escenarios del Destripador.
Hay más, pero no quiero ensañarme. Le tengo cariño a esta película.
Las pistas aparecen y desaparecen porque sí. A ver, en medio de una calle llena de suciedad, gente y carros de verduras, basuras varias y otros adminículos, vamos a pillar a la primera un raspón de unas uvas súperespeciales que solamente come un señor en todo el Reino Unido.
En medio de una multitud de gente de los barrios populares, así como cincuenta o sesenta individuos tirando corto, detectamos a la primera (sin haberlo visto jamás ni saber ni que existe) el rostro especialísimo de la más buscada del mundo mundial, que como la están persiguiendo todos los malos y se ha de esconder, se pasea por la calle visitando los lugares más típicos de Londres: los macabros escenarios del Destripador.
Hay más, pero no quiero ensañarme. Le tengo cariño a esta película.