Me he llevado una agradable sorpresa con esta película, a la que me he acercado sin muchas expectativas después de la decepción que para mí supuso "Moana" (2016). Pero esta propuesta es muchísimo mejor y más completa.

Para empezar, nos traslada a un entorno cultural muy interesante: los diferentes aspectos del sudeste asiático. Esa Kumandra rica y variada que quedó hecha pedazos debido a la mala fe de los humanos. Veremos detalles y elementos de las culturas thai, khmer, myanmar, vietnamita e indonesia (y alguna que se me escape), que serán visibles en forma de trajes y complementos, construcciones, paisajes e incluso los tipos físicos de los personajes.

La historia en sí es bastante estimulante, y presenta dos heroínas fuertes, enfrentadas pero no antagonistas, lo cual es uno de sus aciertos. Además, nos ahorramos la historieta de amor para centrar la temática en la confianza, la amistad y la familia, cosa siempre refrescante.

En cuanto a la buena de Sisu, que tanta controversia está provocando, he de decir que su diseño básico es perfecto como representante de los dragones de agua, que tienen exactamente ese aspecto según el dibujo tradicional. Todo su movimiento, en ella y sus congéneres, es el apropiado. Otra cosa es su cabeza y expresiones, que están demasiado infantilizadas, pero es algo a lo que estoy resignada en este tipo de filmes. Desde luego sería de desear que arriesgaran un poco más. El mismo personaje en su forma humana está mucho más acertado (y divertido).

La animación es preciosa, la música bonita, no hay bichejos insufribles (los tres onguis están justo al límite, pero sin llegar a caer en el horror), no hay que aguantar canciones pelmazas, y contiene escenas magníficas.

En resumen, recomendable para todos, creo que éste puede considerarse uno de los aciertos de la factoría.