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España España · Málaga
Voto de Paco81:
4
Terror Una mujer ya madura hereda una vieja casa en Gettysburg a la que se muda con su sobrina Sara. Ahí conoce a su vecino, el elegante Pat McDougal, un profesor local y el soltero codiciado del vecindario. Pronto hay conexión entre la sobrina y el vecino, pero antes de lo que esperan, la casa les demuestra que no están solos. (FILMAFFINITY)
22 de enero de 2022
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una panorámica, fantasmalmente flotante, abre la película con una escena del interior de un caserón grande a oscuras, con las ventanas cerradas y lleno de trastos y objetos, lo que denota que se trata de un espacio deshabitado a saber cuanto tiempo. La música, acertadamente atonal, nos sumerge en la atmósfera desde el principio, sabiendo al instante que esto va de terror. Finalmente, concluye con el plano hacia la escasa luz que llega de una ventana, donde atisbamos que la casa, en la que ya presentiamos una presencia, va a tener nuevos inquilinos. A mi juicio, esta protocolaria escena inicial es lo mejor de la película, y ésa es la pena, que lo que prometía ser una absorbente "ghost story" termina siendo una película considerablemente cutre y modesta hasta el extremo.

No es que no haya otros momentos con ligero interés: la inquietud de las noches, los momentos ambiguos, el misterio de puertas y sonidos... realmente, pequeños atisbos de lo que pudo ser una buena película de fantasmas, y que demuestran el oficio de John Llewellyn Moxey que, no obstante, con un material tan precario no pudo hacer más. Tampoco vamos a quitarle responsabilidad, claro. La dirección de actores es realmente mediocre, aún contando con una actriz de renombre como Barbara Stanwyck, con la que al año siguiente Llewellyn Moxey trabajaría en la también modesta pero sí más lograda A Taste of Evil (en España, La presencia del diablo). La fotografía es de este tipo de fotografía mala en la que en la oscuridad no se ve nada. Quizá peor es recurrir a la noche americana, como era habitual en las pequeñas producciones de los 80, pero tampoco hay nada bueno que señalar de una fotografía apagada, de escasos recursos y sin estilo, propia seguramente de un rodaje rápido. Quizá un rodaje rápido impidió también un guión más extenso, porque la burda rapidez con la que sucede todo creo que sólo puede tener esa explicación. Si en el cine los romances suceden a una excesiva velocidad, lo de esta película es meter el turbo a 1.000. Pero, más allá de estas generalidades, lo que denota un trabajo mal hecho es el poco cuidado a los detalles. Por ejemplo, cuando ves que un actor que va a atacar a otro se está esperando a que otro intervenga.

Con todo esto dicho, el desarrollo del filme uno lo ve sin entusiasmo, fácilmente cayendo en la modorra, aunque sin caer en el aburrimiento total, llegando a mantener un mínimo interés que hace que pueda ser ligeramente entretenida. Esto no quita que la cierta sensación de haber perdido el tiempo queda tras el visionado, pudiendo optar a muchísimas películas de casa encantada antes, pues ésta no aporta nada. En su época, siendo un telefilme que habría gente que encontraría en televisión, pudo tener sentido. Pero ya una década después, con la invasión del VHS, poco aliciente, más que la curiosidad como la mía por una obra de Llewellyn Moxey, quedaba para ver una película con apuntes de interés pero que no consigue salirse de lo cutre.
Paco81
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